Me molesta admitir que mi mente no deja de preguntarse quién era ese chico.
Pero algo en él llamó mi atención. Solo te pareció interesante porqué iba vestido igual que tú, pesada. Creo que sí es eso. Cómo sea, no me interesa conocer a nadie sentimentalmente desde la última relación en la que estuve.
Por arriesgarme a enamorarme terminé perdiéndome a mí.
Nunca fui alguien segura de sí misma, tampoco una persona que tomará riesgos y mucho menos alguien que creyera que el amor podría existir. Malditos libros y sus expectativas. Quizá tuvieron razón en colocar el amor en páginas, quizá no podía existir en cualquier otro lugar. Llevo más de la mitad de mi vida leyendo -específicamente novelas románticas- y las personas realmente me parecían un charco de agua a comparación de los personajes literarios; un maldito tsunami. Qué decepción.
Esa decepción tan grande fue la que me llevé cuando creí haber encontrado al protagonista de mi historia. Estaba tan ilusionada y sedienta de romance que pasé por alto todas las cosas horribles que Gian hacía, que me hacía. Luego empeoró, cuando me di cuenta que ni siquiera estaba enamorada, que ni siquiera lo quería. Lo peor que puedes hacer es estar con alguien sólo por querer sentir algo y yo lo aprendí a la mala.
De alguna manera creo que me lo merecía, quizá no debí... quizá sólo no merezco nada.
En fin, a veces solo quisiera escaparme a cualquier otra realid...
- ¿Te descompusiste en cuestión de segundos o por qué te quedaste mirando hacía el horizonte? -dijo Thomas riéndose, lanzándome un 5 de diamantes a la cara logrando sacarme de mi pequeña nube mental.
-Anda, toma tus cartas -dijo Francis- a no ser que prefieras contarnos qué fue eso que te buggeo por dos minutos. - continuó riéndose.
-Ja, ja, ja, -dije lanzándoles mi mirada- estoy pensando en cuánto les faltará a mis papás para organizar el mugroso viaje. - continué con desgana
-Quizá en estos días, justo en el desayuno le pregunté a tus papás. Sólo hace falta que la hacienda les confirme que ya les llego el pago. -dijo Isabella mientras intercambiaba una de sus cartas con Thomas.
-Menos mal, ya no puedo controlar mis ganas de embriagarnos a mitad de la noche en la azotea -los ojos de Thomas brillaron después de decir eso y continuamos la noche jugando.
Thomas e Isabella han vivido en casa desde hace más de 10 años, sus papás habían fallecido en un accidente -que yo no recuerdo- y nosotros nos convertimos en su familia. Nuestra casa es muy amplia, así que nunca fue un problema adaptarnos a ser 6 en la mesa. Thom es 2 años más grande que yo e Isabella me gana por 3 -junto con Francis que nacieron el mismo mes- pero no influye para nada en nuestra relación, realmente adoro pasar mi tiempo al lado de ellos.
Terminando el juego de cartas, decidí ir al cuarto de Isa para contarle sobre el chico de hoy.
- ¿Qué es lo primero que se te vendría a la mente si ves a un chico con el mismo estúpido outfit que tú? -le digo sonriendo al sentarme en su escritorio.
-Sería muy raro ver a un chico utilizando un bralette con una camisa transparente Janey -dijo riéndose mientras señalaba su ropa- Venga, que la ropa no tiene género, pero... -pensó unos segundos mirándome de arriba a abajo- ¿De verdad viste a alguien que llevará esos horribles tenis?
- ¿Eh? Pero sí tú fuiste quién me animó para comprármelos porque "quedaban con mi estilo", ¿estás tratando de decir algo malo de mi estilo? -le lanzo una mirada retadora pero solo me limito a reír porque sé que no lo dice enserio- Hoy saliendo del trabajo me encontré a un chico entrando por el portón e iba vestido exactamente igual que yo, la única diferencia en nuestras camisas eran las bandas, que igual era de mis favoritas -continué- Y ni siquiera pude verle la cara de lo rápido que iba.
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Cerca de ti
RomanceJane Bricken ha dedicado más de la mitad de su vida a leer novelas románticas, deseando experimentar esa montaña rusa de constantes emociones. Josh Carter, deseando dejar de pensar en el cruel pasado que tuvo, decidió darle sentido a su vida vivien...