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  Lisa

— Muchas gracias señora Manoban y disculpe los inconvenientes, no puedo creer que mi auto haya fallado — Hablaba aquel chico.

Esa mañana no me salve de que mi madre fuera quien me llevara al colegio por lo que tuve que decirle que no a Jennie. Realmente había sido muy mala idea decirle que si a mi madre y más cuando se le ocurrió recoger a Jackson.

De camino al colegio, mi madre miro el auto de Jackson.

¿Lisa que no es ese tu amiguito Jackson? —Mire por la ventana y efectivamente ahí estaba el intentando hacer andar su auto.

— Aja... Si es el ¿y? — Mi madre me miró de mala forma y acerco el auto hacia donde se encontraba. Oh no... Esto sería malo.

— ¿Jackson? — pregunto mi madre bajando la ventana del auto. Intente cubrir mi rostro con mi mano pero fue inútil.

— ¿Lisa? ¿Señora Manoban?

El tipo embozo una sonrisa al verme.

— ¿Tienes algún problema?—Le pregunto mi mamá, ya sabía a donde quería llegar pero quería ver si sería tan descarada de hacerlo.

— De hecho, esta mañana revise el auto y estaba todo bien, no entiendo que ocurrido — Jackson no quitaba su mirada de mí, realmente ya me estaba poniendo muy incómoda. Mire a mi madre y vi en su rostro lo que haría.

No lo hagas...

— ¿Te gustaría que te lleváramos?

Y... Lo hizo

— Eso sería estupendo señora, pero no tiene que hacerlo puedo caminar.

— Oh no, nos alegra mucho contar con la compañía de un jovencito como tu ¿verdad Lisa? — Mi madre me miró.

Ella sabía perfectamente como era mi relación con Jackson, desde pequeños el siempre había estado enamorado de mi pero para mala suerte de él, los chicos no son mi estilo. Mi madre siempre había intentado que saliera con el pero nunca lo logro y nunca lo lograra.

No respondí nada y decidí permanecer callada aun sabiendo los problemas que me traería hacer eso. Jackson entro en el auto y mi madre no paro de hacerle preguntas, me estaban hartando.

Al llegar al colegio vi el auto de Jennie, mi mala suerte no podría ser peor.

— De nuevo muchas gracias por traerme Señora Manoban.

— No es nada hijo, ahora vayan que luego llegaran tarde.

Mi madre encendió el auto para luego alejarse del lugar.

— ¿Que pretendes? — Le pregunte seria y cruzada de brazos.

— Hey, detente, yo no pretendo nada contigo. Además no quiero otra golpiza por parte de tu hermano.

— Entonces todo ese teatro en el auto ¿que fue?

— Nada Lisa, relájate se cómo son las cosas y lo respeto. Solo podrías no tratarme tan mal — Yo miraba al chico frente a mí. Siempre había sido muy buen amigo, hasta que decidió confesar sus sentimientos y arruino todo.
Sin embargo, no puedo culparlo por sentir cosas por mí. Uno no manda quien le gusta, decidí darle una oportunidad e intentar ser un poco menos fría con él.

— Esta bien, tu ganas podemos ser amigos.

— ¿Enserio? Eso es genial porque realmente necesito consejos sobre chicas mi novia... — Pero lo interrumpí.

𝐋𝐀 𝐇𝐈𝐉𝐀 𝐃𝐄 𝐈𝐑𝐄𝐍𝐄 |𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora