"En La Habitación"

6.3K 526 55
                                    

Las caserías nocturnas siempre han de agotarle, más desde que decidió unir su vida a la de XiChen, durante las caserías nocturnas, después de su matrimonio, ambos comenzaron a trabajar juntos; cuando uno u otro faltaba, terminaban tan cansados que a penas y podían volver a las casas de descanso en turno o a Muelle de Loto a dormir. Esta ocasión no era la excepción. Jiang Cheng llega a su habitación, suspirando de cansancio, deja las cosas bien acomodadas en su lugar antes de tomar una jarra de vino de Yunmeng y beberlo de una.

—¿WanYin?

Baja la vasija, soltando un jadeo. Se limpia los labios con la manga de su túnica exterior y camina hacia su esposo. XiChen le envuelve entre sus brazos, le besa la frente dejando sus labios un poco más de tiempo en aquella piel sudorosa y caliente.

—¿Cómo fue la casería?

—Estoy muerto —murmura, enterrando su nariz en las vestiduras de su marido, aspirando profundamente su aroma. Ah, lo había extrañado tanto durante todo el día.

—Mmm. Entonces descansa un poco en lo que preparo la bañera —va bajando sus labios hasta encontrarse con los contrarios.

Desata la cinta de la cintura, abre la bata exterior, desata la otra cinta y abre la túnica correspondiente. Acaricia todo su torso, masajeando con sus pulgares los rosados pezones. Sus lenguas danzan dentro y fuera de sus bocas, Jiang Cheng aferra su mano libre al cuello de Lan Huan. Necesitaba destensarse y qué mejor que una buena ronda de sexo. Se queja cuando su esposo se aleja, dejando sus labios mojados y necesitados.

—Ya vuelvo

Toma las túnicas sucias antes de cambiar de habitación. Jiang Cheng le hace caso, toma otro largo sorbo de vino y se recuesta en la cama. Siente los parpados pesados y la cabeza llena de aire. Tenía tanto antojo de un masaje, que esos habilidosos dedos se paseen por toda su espalda, que bajen a sus nalgas, que acaricien sus muslos externos y luego se pasen a los internos; que tamborilee su vientre y pase a su pecho, que pellizquen sus pezones y...

—Aaaah —comienza a tocarse a sí mismo, su excitación opacaba su cansancio.

Se mete dos de sus dedos a la boca, ensalivándolos completamente, la otra se pasea por todo su cuerpo, donde quiere que su esposo le toque.

—¿WanYin ha comenzado a divertirse sin mí?

Sus parpados dejan al descubierto sus ojos grisáceos, brillantes en la más pura lujuria. Lan Huan debe tragar la saliva acumulada antes de ahogarse. Se acerca a paso lento, dobla medio cuerpo para alcanzar los labios de Cheng, sustituyendo la mano de su esposo por la propia. Acaricia el trabajado pecho, pasa las yemas de los dedos por los relieves rosas. Baja despacio, provocando que su piel se erice. Adentra sus largos dedos al pantalón, las puntas de sus dígitos se topan primero con el vello de su entrepierna y luego con su pene. Ambos sueltan un jadeo cuando se separan.

—La bañera está lista

—Primero hagámoslo —detiene la mano que está dentro de sus pantalones; mueve las caderas, mostrando lo desesperado que estaba.

—WanYin —advierte, como cuando él regañaba a Jin Ling porque no quería tomar su baño, ya hace varios años atrás.

Pone los ojos en blanco y se queja con un gruñido. Se pone de pie molesto. ¿Cuántos años Zewu-Jun creía que tenía? ¡Era un adulto y un líder de secta! Pero no de cualquier secta, sino una poderosa, prestigiosa y respetada. Se quita los pantalones de un tirón, lucha con ellos moviendo las piernas y pisándolos. Entra a la bañera de una, sumergiéndose hasta la altura de la nariz. Lan XiChen aparece, sonríe ante el berrinche de su esposo. También se quita la ropa, pero no deja que Jiang Cheng lo sepa. Se acerca para quitarle el peinado, deshace las trenzas con cuidado, masajeando, por último, su cabeza. Aaaah, esos dedos habilidosos eran todo un sueño.

"POR TODO MUELLE DE LOTO" (XICHENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora