"POR TODO MUELLE DE LOTO" (XICHENG)

EXTRA 2 - "EN RECESO DE LAS NUBES"

Jiang Cheng bosteza al entrar en el pabellón de conferencias. Algunos Lan ya se encuentran allí, incluyendo su esposo quien le lanza una miradita y le sonríe. Pone los ojos en blanco. Ayer por la noche, después de las conferencias, le tuvo qué poner ungüento en la espalda y en las marcas que dejó. El cuerpo seguía doliéndole horrores, a penas y podía sentarse. Maldito imbécil. Da otro bostezo, cuando abre los ojos hay una nota puesta sobre su mesa, de reojo ve la sonrisa entusiasmada y juguetona de Lan XiChen. Se echa para atrás, desdobla el papel y lee.

"Te espero aquí"

Dice con una hermosa caligrafía, arriba de un pequeño mapa hecho a mano con instrucciones precisas del lugar al que debe llegar. Levanta una ceja, volviendo a mirar a su esposo quien continúa su conversación con Lan QiRen. Si ese pervertido desvergonzado trataba de hacer un movimiento como el de ayer, le golpearía la pelvis hasta que su pene no funcionara. Pensándolo mejor... no haría eso, sería un desperdicio y un castigo peor para él.

Pasa un rato antes de que todos los asistentes aparezcan. Toman su lugar y Lan QiRen comienza con la reunión. A Jiang Cheng se le siguen saliendo algunos bostezos. Mira a los presentes, deteniendo sus ojos en el matrimonio Wei-Lan. WuXian muestra orgulloso su cuello, casi que puede ver algunos anuncios señalando las marcas rojizas y amoratadas. Baja la vista hacia su propio pecho, asegurándose que ninguna muestra de amor y posesión se asome por la tela. Charlas, discusiones, acuerdos. Vuelve a abrir la boca, inhalando profundamente, aburrido y cansado. El viejo Lan por fin da por terminada la reunión, espera a que todos salgan antes de hacerlo él. Se estira por todo su largo, su mirada busca inconscientemente a su esposo. Lo ve alejarse junto a un grupo de hombres, XiChen le lanza una mirada y una sonrisa llenas de promesas. Jiang Cheng entrecierra los ojos, decidido a ir al lugar donde Lan Huan le ha invitado, pero no cuenta con la astucia de WuXian quien lo arrastra a con los juniors para poder practicar un poco con la espada. Frustrado y enfurruñado acepta. Pasa casi medio día cuando el esposo de Lan Wangji lo deja ir. Saca el papel de dentro de sus túnicas, analizándolo.

Decidido y con la barbilla bien en alto comienza su travesía. Parecía una distancia bastante larga, y sus caderas a penas podrían soportarlo. Camina por senderos por donde, pensaba, nadie pasaba muy seguido, pasaba por caminos sinuosos, ¿cómo Receso de las Nubes podía tener ese tipo de caminos? Sigue subiendo, por lo que siente, casi hasta la punta. El sonido de una cascada le recibe, llega a un claro bastante bonito con una vista maravillosa de kilómetros y kilómetros de copas de árboles. Hoy era un buen día, difícil en Receso de las Nubes, que siempre estaba rodeado de neblina. El sol brillaba en lo alto, el cielo bastante despejado y los rayos del sol dando un panorama hermoso y cálido.

Se gira alertado, con Zidian repiqueteando en su dedo índice, ante el sonido de agua moviéndose. Baja la guardia en cuando ve a Lan XiChen nadando hacia la orilla, en su dirección.

—WanYin, al fin llegas —sonríe, tan alegre como sólo él lo es.

—Bueno, si alguien no me hubiera mandado a escalar y recorrer el camino más largo, habría llegado más pronto. ¿Por qué no estamos en la Primavera Fría? ¿No era más sencillo vernos allí? —Se cruza de brazos, chasqueando la lengua con fastidio.

Realmente no estaba molesto, el lugar era lo suficientemente bello para bajar sus niveles de enfado.

—WanYin, ¿por qué no te me unes? —Sonríe, con brillos bailoteando a su alrededor.

La propuesta le parece bastante tentadora, ¿desperdiciar la oportunidad de profanar un rincón del pulcro Receso de las Nubes? Piensa en eso último, ¿cuántos rincones han deshonrado Wei WuXian y Lan WangJi? Ese pensamiento le causa gracia, porque internamente quiere competir con su hermano y borrar su huella para dejar la propia. Deja la Sandu a un lado, con cuidado, se quita lentamente el hanfu, deleitando la pupila de su esposo quien le devora con la mirada. Su piel se eriza al ser expuesta al frío del ambiente, aunque perfectamente se le pudo poner así por la excitación que comenzaba a poseerle, ante la anticipación de lo que vendría cuando se sumergiera en el agua.