Lan Huan camina con parsimonia por las pasarelas de Muelle de Loto, como una aparición. Aún cuando ya se conocía cada rincón, como Receso de las Nubes, seguía disfrutando que el sol le bese la piel y la brisa le refresque. Sin contar que las vistas no estaban mal, el cielo despejado, a veces los atardeceres, las aguas que se fusionaban con el azul o los naranjas, rosas y morados. Muelle de Loto era un paraíso muy diferente a su hogar, más cálido, más luminoso, más lleno de vida. Uno de sus placeres, era salir y dar un paseo por la ciudad, codearse con la gente, escuchar el bullicio y la risa de los niños. Pero lo que realmente le complacía era la imagen que su esposo le regalaba todas las mañanas durante los entrenamientos. Su porte imponente, su mirada dura; todo un Dios de las guerras. Hoy se queda sin respiración, anteriormente ya le ha visto con ese peinado, pero este día se veía más majestuoso, más... apetecible.
Se acerca al valle, las ordenes y regaños de Jiang Cheng le endulzan el oído. Sonríe aún más si es posible. Los discípulos de Yunmeng Jiang se preguntaban si a Zewu-Jun le habían lanzado algún tipo de hechizo. ¿Cómo alguien puede disfrutar de los gritos, el mal humor y las órdenes de Sandu Shengshou? ¿Quién si quiera, en su sano juicio puede casarse con él, mirarle con amor y tratarle con cariño? Definitivamente el Primer Jade de Lan era alguna clase de Dios.
—Hola, cariño —saluda bajito.
Aprovecha que los discípulos están de espaldas para rodear la cintura de su esposo y estamparle un beso en la sien. No se desanima cuando Jiang Cheng continúa con los brazos cruzados y el ceño fuertemente fruncido. Claro, seguía molesto por haberlo desvelado la noche anterior. El pobre se había levantado alterado y esa coleta alta sólo significaba una cosa: no le ha dado tiempo de realizarse su laborioso peinado. Él no pudo verle ni sentarse a desayunar con él, tuvo asuntos qué atender en un poblado lejos de Muelle de Loto, así que simplemente le dejó descansando, sin esperar que se levantaría tarde. Ve las manchas oscuras debajo de los ojos de su marido y una punzada de culpa le golpea el estómago.
—Oye, lo siento
—¡No lo haces! —Grita bajito, no quería que sus discípulos se enteren que estaban teniendo una discusión marital —. Por tu culpa casi llego tarde al entrenamiento. A penas y pude desayunar —le da un codazo, pero sin pretender alejarle.
Sonríe, deja otro beso en su mejilla. Da un apretón a la carne que está bajo su mano.
—¿Ya te dije que te ves muy bien? Y tu olor —pasea su nariz desde la patilla hasta la oreja, soltando el aire ahí.
Jiang Cheng se encoje, odiaba y le gustaba, a partes iguales, esa acción.
—El líder de secta Jiang me resulta... apetitoso —apresa entre sus dientes el cartílago.
Coge un puñado de cabellos, jala hacia atrás, provocando un jadeo en su esposo. Su lengua sale y, juguetona, provoca la piel de aquel rostro tostado. Si no detenía esas provocaciones, caerían en la misma perversidad de Wei WuXian y Hanguang-Jun.
—Basta. Mantente alejado si no quieres que te rompa las piernas —se separa de las atenciones de su esposo, pero no demasiado, quería seguir sintiendo su calor —. ¡Va de nuevo! —Ordena a sus discípulos.
La sonrisa de Lan Huan es de todo menos amable. Algo dentro de él le decía que su esposo planeaba algo demasiado desvergonzado, y le gustaba. El peligro de ser descubiertos, provocándose de esa manera, era demasiado excitante como para desperdiciar la oportunidad. Los dedos largos y delicados de Zewu-Jun acarician la espalda de su amado, de arriba hacia abajo, provocando que los vellos en esa parte se ericen. Jiang Cheng suspira, se mueve un poco más, pegándose de nuevo al cuerpo de su esposo.
ESTÁS LEYENDO
"POR TODO MUELLE DE LOTO" (XICHENG)
FanficEl matrimonio no es sólo amor, a veces, el deseo carnal les domina y ellos no lo pueden ignorar, abandonándose ante la libido donde quiera que estén. *--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*--*...