"La primera vez que te vi, no podía creer que esa estupida sonrisa me volvería loca, al punto de hacer cualquier cosa por ti."
El dinero mueve a las personas y eso no era muy distinto conmigo, hago lo que sea por la suma correcta de dinero, pero al conocerte solo termine encontrando mi pase directo al infierno.
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Pase días rondando Roppongi hasta encontrar el momento perfecto para atraer tu atención, bien sabía que ya estabas informado de que alguien externo rondaba tu territorio, pero el que no buscaras la forma de espantarme, me confirmaba que también esperabas el momento para ver qué era lo que buscaba. Cuando entraste en ese callejón y me miraste con esa estupida sonrisa mientras terminaba de patear al idiota que tenía en el suelo, supe que seria emocionante pero también supe que terminaría mal.
— Pero si hoy es mi día de suerte —dije con un tono coqueto— tengo al mismísimo Ran Haitani frente a mi — Veo que la rata sabia en donde se estaba metiendo —dijiste con un tono burlesco —Oh querido~ no soy ninguna rata, vengo a proponerte un gran negocio que solo está a tú altura —termine mientras me acercaba.
Nuestras miradas se encontraron y percibí un brillo de emoción en esos bellos ojos violeta.
Este fue sólo el primer paso antes de caer en el infierno, los días pasaron desde esa conversación y nuestra junta para hablar sobre el negocio de llevó acabo.
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Un club fue el resultado del primer paso de esta gran sociedad, dentro de este se haría más que solo la venta de alcohol, este se volvería el punto de reunión para todo tipo de negocios ilegales, y así sin darnos cuenta ellos se llenaban de emoción y yo de dinero.
Meses pasaron y el negocio seguía creciendo, al igual que ese extraño sentimiento hacia Ran. Nuestro contacto era exclusivamente para asuntos del club, pero eso cambió después de una noche compartiendo tragos, las llamadas se volvieron recurrentes igual que los mensajes, pero nuestro acercamiento no terminó ahí, los tragos y los coqueteos eran constantes, pero el que terminara en su cama fue mi sentencia.
Ran Haitani fuiste quien dio inicio a este infierno.
Perdí el sentido, el "amor" por ese Haitani me cegó, mi amor por el dinero era nada a un lado de él, los negocios cada vez eran más y yo me vi envuelta en trabajos fuera del club, pero para Ran yo solo era un subordinado al cual usar tanto en la cama como en la pandilla.
Mi registro criminal subía como la espuma, cada vez era más conocida tanto por asociarme con los Haitani como por tener grandes resultados en los negocios ilegales.
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La última vez que pase por la cama de Ran me pidió encargarme de un trabajo, ingenuamente acepté y ese fue mi segundo error.
— Nyx, necesito que te encargues de cobrar algo por mi —dijo mirando mi espalda desnuda — Solo dame el lugar y la hora, y me encargaré por ti — respondí terminado de vestirme — Será en XXX y la hora la decides tú, solo encárgate de recordarle de parte de quien vas — termina de decir mientras yo salgo de la habitación.
Pasado unos días fui al lugar donde realizaría el encargo por Ran, todo iba bien casi terminaba con el bastardo que se encontraba ahí, pero la policía llegó y ahí fue cuando caí en cuenta de que era una puta trampa y Ran lo sabía por eso me pidió que me encargara. La policía entró apuntando con sus arma e identificándose, no tenia por donde escapar y solo pude cooperar y levantar mis manos mientras me arrodillaba, el bastardo al que golpee lo esposaron a una camilla mientras se lo llevaba la ambulancia, en cambio a mi me esposaron y empujaron hasta la patrulla y solo pude caminar con la cabeza en alta, así logré divisar a Ran entre la multitud y solo le sonreí con burla, en esa sonrisa le transmitía el error que estaba cometiendo, porque una vez saliera libre me encargaría de hacerlo suplicar y hundirlo en tanta mierda que no podrá ni respirar.
*este oneshot continúa como una historia "Infierno", esta la encuentras en mi perfil.
