2• Mi querida hermanita

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Peter


La luz del Sol ilumina completamente mi habitación. Mi celular ha estado sonando durante horas. Joder es que no dejan a uno dormir. ¿Quién demonios estará despierto a las 9 de la mañana, en vacaciones? Porque de seguro que yo no.

Tome el móvil y respondí la llamada, todavía tumbado en la cama con los ojos entrecerrados debido a la claridad y con un sueño que era más fuerte que yo.

-¿Quién es? -contesté con un bostezo. Estoy dispuesto a matar a quien sea que me haya arruinado la mañana.

-Oye imbécil, ¿dónde estás? -Mmm no reconozco esa voz, debo estar todavía algo dormido -Te estamos esperando, quedamos para ir a la pista de patinaje hoy temprano, o no lo recuerdas animal con patas -¿Animal con patas? Ese es Mark McConnell, definitivamente.

-Vaya garrapata -respondo incorporándome en la cama -No sabía que ahora tu trabajabas de despertador.

-Tú fuiste el que me dijo que te despertara temprano hoy para patinar, serás idiota -un poco puede -Levanta tu enorme trasero peludo de animal de la cama y ven a la pista, te estamos esperando. Tienes 10 minutos.

-Ya voy mamá, joder que carácter -no puedo evitar sonreír, siento unos gruñidos al otro lado de la línea y después este cuelga.

Me levanto de la cama y me dirijo al baño. Un poco de agua fría será de ayuda para despertarme completamente. Me pongo el pantalón y una camiseta de mangas cortas y procedo a bajar las escaleras para salir de la casa.

Mi madre está en la cocina preparándole el desayuno a mi hermanito Jason. No hay señales de Henry por ninguna parte, él es el nuevo esposo de mi madre, y por consiguiente, mi padrastro. Debe estar en el trabajo.

Recojo los patines llenos de polvo que deje tirados en la entrada y me despido de todos.

-Oye oye, ¿a dónde vas?

-He quedado con los chicos, pensamos patinar todo el día, volveré por la tarde -mi madre se acerca con unas tostadas en la mano mirándome fijamente después de escuchar mi respuesta. No puede impedirme que salga así que no sé porque me mira así.

-Desayuna primero, anda -me contesta extendiendo el plato con las tostadas. Nunca desayuno, pero siempre hace lo mismo. Con tal de no demorarme más hago lo que dice, cojo una y me la llevo a la boca mientras abro la puerta y salgo al porche.

Al cerrar la puerta siento como una fuerza externa se abalanza sobre mí, haciendo que caiga al suelo. Las babas se empiezan a esparcir por mi cara, un lengüetazo tras otro.

-Sam, ya basta - rio mientras intento liberarme de mi enorme pastor alemán. Mi amigo peludo últimamente está más cariñoso de lo normal. Cuando por fin logro quitármelo de encima, le acaricio y le doy lo que queda de mi desayuno que había caído al suelo durante el ataque repentino de mi perro.

Me acompaña un par de cuadras y después le ordeno que regrese a casa. Al menos es obediente.

Mark sigue llamando para que me apresure. Nunca cambia, y yo tampoco la verdad. Termina haciendo de mamá mientras yo soy el niño rebelde que hace lo que quiere; yo soy el animal y el la garrapata que siempre esta atrás de mí. Él fue el que puso esos apodos, no yo.

Hoy hace bastante calor, y eso que apenas son las 10:00 a.m. Hice bien en ponerme algo cómodo.

Al llegar a la pista puedo ver a lo lejos un grupo de personas esperándome. Está Mark con los brazos cruzados, desprendiendo un aura hostil hacia mi persona.

No me he demorado tanto, o sí. Al lado de él está su mellizo Negan. Están los demás chicos de la clase, incluyendo a Kat y Rebeka. No tengo idea de que hacen aquí, ni siquiera patinan, nunca podré entender a las mujeres. Por eso siempre me limito a jugar con ellas, he tenido muy pocas relaciones serias y no son mi fuerte así que...a disfrutar de la vida de soltero.

Sentimientos del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora