capítulo 16

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Caminé con Heahmund al salón donde se supone que estaría Alfred, ya ninguno de los dos habló en el camino, caminábamos entre la gente de Wessex, veía a unas cuantas y el rostro de Reggy cuando la salvé seguía apareciendo en mi mente, y recordando la primera vez que vine aquí con Ragnar, Alfred es buen rey a comparación de su abuelo Ecbert, él tenía a su gente en hambre y Alfred parece que lo maneja mejor, hay mucha comida en el mercado.

- adelante - me invitó a pasar Heahmund cuando llegamos al salón

- gracias - respondí

Entré al salón pero no había nadie, cuando entró Heahmund caminó hacia el fondo y fui detrás de él. Había dos guardias cuidando una puerta, y al vernos acercándonos la abrieron.

Entró Heahmund y detrás de él yo, entramos a lo que parecía ser un santuario, había un pozo con agua, parecido a una alberca y ahí dentro estaba Alfred, desnudo, rodeado de guardias cuidandolo.

- bienvenida, Gisli - sonrió desde su lugar

- buen día, Alfred - respondí

- fuera - dijo

En un segundo todos los guardias caminaron a la salida dejándonos solos, miré a Heahmund y me sonrió poco, salió detrás de los guardias y cerraron la puerta, quedando sólo Alfred y yo.

- por favor - señaló un lugar frente a él dentro del pozo

- no, gracias estoy bien así - respondí

- insisto - dijo firme

Miré a Alfred unos segundos y después al pozo, el agua estaba un poco turbia, miré de nuevo a Alfred, dudosa en entrar o no, él solo me sonrió.
Tomé aire y comencé a quitarme mi espada y accesorios, entraría o Alfred es capaz de hacer algo contra nosotros.

- sí podrías - dije haciendo un movimiento con mi mano indicando que mirara a otro lado

- oh, por supuesto - sonrió

Giró a ver a otro lado y comencé a quitarme la ropa, comenzaba a hacer frío y se erizó mi piel enseguida. Cuando estaba completamente desnuda entré al agua con mucho cuidado, estaba tibia.

- listo - dije cuando me aseguré de que no podía ver Alfred mis pechos, metí mi cuerpo con el agua casi al cuello

- puedes acercarte un poco mas - señaló delante de él

Le sonreí un poco, incómoda y me arrastré a donde me dijo. Cuando me acomodé lo miré y me sonrió.

- está tibia el agua - dije después de unos segundos

No había hablado y no dejaba de mirarme mientras sonreía

- así es - respondió - las mujeres de la casa la calientan para mi

- que bien - dije mirando a mi alrededor, mirando los cuatros que colgaban en las paredes

- Heahmund me contó que vienes de un lugar lejos - dijo y lo miré

- así es - respondí

- que tienes que morir para llegar a él - dijo

- bueno, es complicado de explicar - reí poco

- por favor - extendió su mano un poco, indicando que siguiera hablando

Tomé aire

- Asgard, es el lugar de donde vengo - dije - es un lugar muy lejos de Midgar, de la Tierra - corregí - es el lugar donde vive mi padre, mi madre y mis hermanos, y yo obviamente - Alfred se acomodó mirándome directo a los ojos - para poder llegar, debes creer en Odín, mi padre, y morir en batalla, claro que no todos pueden entrar - dije - solo la mitad de los que mueren son elegidos por Odín para llegar al Valhalla, un lugar en Asgard, un paraíso sin fin para los buenos hombres que fueron elegidos por mi padre.

- ¿y cómo llegan? - preguntó acomodando sus brazos a orilla del pozo

- cuando mueren los vikingos, las vírgenes guerreras llamadas Valkirias, son enviadas por Odín para rescatar a los caídos en batalla y conducirlos al Valhalla, donde preparan las mesas y les escancian la hidromiel llamada Gugr

- suena glorioso - dijo

- lo es, un paraíso sin fin - repetí

- significa que, ¿eres un tipo de Dios? - preguntó

- así es, soy Gisli Diosa de la fuerza y la sabiduría última hija de Odín el Dios de la guerra, de la poesía, la sabiduría y la muerte - dije, odio presentarme se escucha ridículo

- vaya - sonrió - suena hermoso tu nombre - dijo

Suspiré, ya vi a dónde lleva ésto.

- gracias - dije

- dime - miró mis labios y después mis ojos - ¿la Diosa Gisli, tiene a su Dios?

Lo miré pensando en qué responder, no estaba con Ivar, no estaba con Björn, no estaba con nadie.

- sí - dije

- ¿ah sí? - preguntó - ¿quién?

- Fork - mentí, no sería capaz de mencionar a Ivar, si sabe que tengo algo con él, se echará todo a perder

- ¿Fork? - frunció el ceño

- es el Dios de la belleza, fuerza y masculinidad - mentí

- ya veo - miró mis ojos - ¿alguien más?

- nadie, sólo él - respondí

Miró mis ojos unos segundos y después mi cuello, supongo que aún tengo la marca de cuando el hombre me ahorcó en la batalla contra Ivar.

- escuché que es una costumbre para los vikingos acostarse con muchas mujeres - me miró - y las vikingas con muchos hombres - dijo

- no todos - dije - yo no lo diría en general

- ¿y tu? - preguntó

- ¿yo?

- sí, ya sabes - miró mis labios - ¿te acuestas con muchos hombres?

- no, le soy fiel a mi esposo - mentí

- lastima - miró mis ojos

- ¿y tu tienes esposa? ¿hijos? - pregunté

- esposa en espera de un hijo - dijo, tomó impulso y se acercó a mi lado - pero no hablemos de ellos ¿si?

Mi corazón comenzó a latir con fuerza, estar así con Alfred, ambos desnudos en el agua me incomoda.

- claro - dije bajo

- eres hermosa ¿ya te lo habían dicho? - preguntó mirando mis pechos un segundo y regresó su vista a mis ojos

- sí me lo han dicho un par de veces - dije

- cabello castaño, piel pálida, ojos cafés y delgadas son el tipo de mujeres que me gustan - dijo

- espero que tu esposa cumpla con tus estándares - respondí

- más bien, te estaba describiendo a ti - dijo

Suspiré. A decir verdad, comienza a hacer calor.

- ¿sigues pensando en serle fiel a tu esposo? - preguntó

Sacó una mano del agua y la puso sobre mi cuello con suavidad, lo miré a los ojos, reflejaban tranquilidad y armonía, tenía un alma pura.

- éso depende - sonreí

Él me sonrió también.

Hija De Odín | segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora