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-Ya estoy listo, disculpa si te hice esperar- decía mientras me acercaba al rubio para darle un beso en la mejilla.
Solo tomó mi mano sin decir nada.
-Nos vemos más tarde, mamá.
-Hasta luego.
-Hasta luego señora Davidson.
Salimos del departamento y caminamos juntos por el tan conocido pasillo. Con nuestras manos entrelazadas como lo había imaginado hace mucho. Ya estaba acostumbrado a su tacto, a diferencia que la primera vez que las unimos. Estábamos tan nerviosos esa noche después del cine que a los pocos minutos teníamos escondidas las manos dentro de nuestros bolsillos.
Desde que empecé a salir con Clay, todas las personas que me molestaban tanto, se esfumaron. Las pocas veces que veía a ese viejo rabo verde o al chico de mi piso, me encontraba con Clay. No se atrevían a dirigirme la palabra, supongo que era por el chico que caminaba a mi lado casi siempre.
Una vez fuera del ascensor y del edificio, nos dirigimos a esa camioneta negra donde subí la vez que nos conocimos.
Clay había comentado que su madre quería conocerme una vez le habló de mí por teléfono. Apuesto a que no esperaba un "Buenísimo, podemos ir mañana" como respuesta mía. Ese comentario lo había hecho la semana pasada y la razón por la cual su madre tuvo que esperar para conocerme es que ella vivía a tres horas de aquí, así que esperamos hasta mi día libre y también que su tío tenía que prestarle la camioneta para poder ir a visitarla.
-Pon algo de música, Clay - le pedí haciendo un ligero puchero 15 minutos después de que el auto empezara a rodar.
-Toma mi celular, y reproduce música tú, tengo las manos ocupadas- de su bolsillo sacaba su móvil y me lo dio sin dejar de ver el pavimento.
Después de buscar en Spotify una playlist adecuada para el viaje que tendríamos, me relajé en el asiento del copiloto. Durante todo el trayecto me la pasé cantando las canciones pegadizas que salían del reproductor. Clay, por su parte, solo se reía y me escuchaba desafinar.
-Llegamos- se estacionó frente a una casa de un piso, con un verde jardín delantero.
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-¿En serio te pusiste a llorar porque te tomaron una foto con Barney y no con Mickey Mouse?- preguntaba viendo una fotografía donde se veía a un Clay de 6 años aproximadamente. Estaba llorando al lado de una persona disfrazada de un dinosauro morado.
-Mamá ¿Tenías que enseñarle las fotos?
Oh Clay, algún día el tendría que verlas- la madre se Clay reía mientras acomodaba un mechón castaño detrás de su oreja.
