el lugar donde cantan las amapolas //

la verdad de la vida

yeosang

Considero llorar uno de los actos más puros que un ser humano puede llevar a cabo, nacemos llorando, somos eso, agua y más agua, el resto lo construimos a partir de estímulos exteriores.

El agua lo conecta todo, así como tú estas contenta al ver el mar ella esta contenta de reencontrarse contigo, que también eres agua.

Hoy he salido a la playa con mama, la he visto sonreír mucho, no suele pasar, supongo que ella también estaba contenta de reencontrarse con el agua, otra parte de ella misma.

Ella y papa se van a separar, no lo sé del cierto, pero lo supongo. Pero toma tiempo, aceptar que una relación por la que has sentido tanto ha cambiado y ahora queréis cosas distintas es difícil, y toca fluir. El amor lo inunda todo, y nunca desaparece, solo se transforma.

En verdad me hace feliz saber que lo han podido solucionar, después de todo este tiempo de incertidumbre donde no solo ellas, sino también todo su entorno se iba apagando poquito a poco ha durado ya bastante y quiero que vuelvan a disfrutar de las cosas.

Sentadas en la playa, a las puertas de la puesta de sol más pacífica de todo el verano, mama me ha dicho "Podemos pensar que somos muchas cosas, pero yo creo, que al final somos la suerte de estar aquí". Y tenía tanta razón que he preferido no decir nada, no quedan palabras donde ya se ha dicho todo.

Una vez en casa, he ido a regar las plantas de la colina, wooyoung me pidió que lo hiciera, y así de paso veré al gatete, que desde que desapareció decidimos no encerrarlo en la cabaña. Le hemos hecho una puentecilla para que pueda entrar cuando quiera, pero no seremos nosotras las que les cortemos las alas.

Ayer lo vi muy bien, estaba eufórico bailando entre las plantas, parecía como si su alma se hubiese elevado un poquito más al sol y quisiese celebrar que había descubierto la verdad de la vida y ahora tenía que darle uso, y lo quería hacer conmigo.