La verdadera madre de Hiken no Ace

El día a día de Ace

Extraviado

-!¿Donde está el mocos?¡- se escucho un grito en la casa de los bandidos.

-Se suponía que Dogra lo cuidaría- dijo uno.

-Claro que no- hablo el mencionado.

-Tenemos que encontrarlo o Garp nos matara- hablo otro de los bandidos.

-Dandan no debe saber que lo perdimos o no comeremos- hablo Dogra.

-Como diablos es que un mocoso de 6 meses puede desaparecer?- pregunto.

-Como es que no podemos encontrarlo?- varios estaban asustado por no encontrar a Ace.

-Glu, ba... ma- se escucho debajo de una olla.

-U-u-un fan-fan-fan-fantasma- dijeron todos.

-Ba... mam...ñam ñam- se escucho nuevamente.

-Esperen... !!!ES ACE¡¡¡- gritaron para levantar la olla, revelando al pequeño niño pecoso lleno de barro.

-Como es que no nos dimos cuenta?- pregunto Dogra.

-Al menos no estaba perdido en el bosque- hablo con alivio un bandido.

Peluche

-Alguien que caye al mocoso- pidió Dandan a media noche.

Ace no paraba de llorar impidiendo que pudieran dormir.

-Nada, no funciona nada... ya lo cambié, ya le di su biberón... no sé quemas hacer- dijo un bandido llorando.

-Un minuto, el peluche de pájaro azul de Ace, donde esta?- pregunto Dandan.

-No lo sé, quizá se quedó afuera- dijo uno de los bandidos.

-Es por eso que llora, desde que Garp le trajo ese maldito peluche nunca a dormido sin él- hablo Dandan.

Pasaron toda la noche en busca del peluche sin encontrar nada, muchos de los bandidos estaban acompañando a Ace en su llorar.

-Lo encontré... estaba... en la cocina... debajo de el fogon- dijo Dogra cansado.

Al darle a Ace el peluche cerro los ojos sonriendo.

-Maldito mocoso- dijo Dandan.

Todos fueron a dormir a pesar que apenas estaba amaneciendo.

Enfermo

-Como que Ace esta enfermo?- pregunto Dandan a Dogra.

-Si, la fiebre no ha bajado desde anoche- informó.

-Que podemos hacer?- pregunto.

-Maldicion, Dogra prepara sopa caliente, yo lo revisare- dijo Dandan.

Aunque lo negará Dandan quería a Ace como su propio hijo y le dolía saber que estaba enfermo, ella amaba escuchar la risa de Ace por toda la casa mientras hacia sus travesuras.

Ya habían pasado dos días.

-Ñam ñam- dijo Ace desde su cuna.

-Comida? Quieres comer?- pregunto Dandan, a lo que Ace asistió.

Dandan acercó el plato de sopa para que Ace comiera, sin saber que sus bandidos la observaban.

-No vuelvas a preocuparme así mocoso del demonio, me asustaste- dijo dejando salí unas lágrimas.