capítulo 3.

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joseph jonas.

- No jodan boludos, no es gracioso. -Dijo Joaquín, quien se despertó a causa de nuestros gritos.

- ¡Tu vieja está jodiendo!. -Dijo Nick y todos reímos.

- Al fin usaste una palabra argentina, que orgullo. -Dijo Ori.

- Enserio, esto no abre. -Dije mientras seguía tironeando la puerta.

- Las ventanas tampoco. -Dijo Kevin volviendo al living.

- ¿Quién mierda ofreció esta cabaña?. -Dije sentandome en el sillón.

- ¡Vos!. -Dijeron todos a la vez.

Cierto.

- Tenemos que hacer algo. -Dijo Thomi.

- Ey, Mel, calmate. -Dijo Joaquín viendo que Melany se comenzaba a poner pálida mientras temblaba.

- ¿Ignacio no estaba por acá?. -Preguntó Mauro recordando y todos asentimos- Ya lo llamo, calmen a Mel.

Pasaron unos pocos minutos y Mauro volvió esta vez palido.

- ¿Qué pasó?. -Preguntó Ori.

- No andan los teléfonos. -Dijo mientras intentaba encender el suyo.

Rápidamente todos corrimos a buscar los nuestros, efectivamente ninguno funcionaba.

- Por favor necesito irme de acá. -Dijo Mel aferrándose a Joaquín.

- Rompamos la puerta de una patada o con algo. -Dijo Ori.

- O las ventanas. -Dijo Nick.

Nos dividimos y mientras Joaco intentaba calmar los ataques de Mel, los demás intentabamos romper las ventanas y la puerta, pero nada funcionaba.

- Hagan los bolsos nuevamente, en la que podamos salir de acá nos tomamos el palo. -Dijo Joaquín y todos asentimos.

Una vez que dejamos todas las valijas pegadas a la puerta para tardar lo menos posible, entre todos los chicos comenzamos a empujar para romper la puerta, hasta que finalmente pudimos.
Agarramos las valijas y corrimos hacia el estacionamiento, tiramos los bolsos en el lugar que va el equipaje y subimos rápidamente a la combi.

- ¡No arranca!. -Dijo Kevin temblando.

- ¡PUSISTE LAS LLAVES DE TU CASA KEVIN SOS UN PELOTUDO!. -Dijo Mel empujando a mi hermano y encendiendo el auto ella. Dió marcha atrás y salimos de ese lugar de mierda.

- ¿Y ahora a dónde vamos?. -Preguntó Ori.

- No sé hermana estoy manejando lejos de ese lugar. -Dijo Mel sin despegar la vista del frente.

- ¡Ya andan los teléfonos!. -Dijo Nick.

- Vamos a donde se está quedando Ignacio, ya me pasó la dirección. -Dijo Mauro y Mel asintió.

Luego de unos cortos minutos finalmente llegamos, Ignacio nos ayudó a bajar las cosas de la camioneta y por fin pudimos relajarnos al entrar a la casa que estaba alquilando el morocho.

- Alta casa embrujada, que cagaso. -Dijo Nacho.

Hace como más de cinco años que vivo en Argentina y que soy amigo de ellos y aún no me acostumbro a sus palabras. ¿Existirá un diccionario argentino?.

- ¿Vamos a una fiesta en la playa?. -Preguntó Kevin mirando su celular y asentimos.

Nos vendría bien para divertirnos un poco y despejarnos después de todo lo que nos pasó esta tarde... O al menos eso esperamos.

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