— Mi nombre es Bardock, soy tu abuelo.
—¿Abuelo? ¿algo como el abuelito Gohan de mi mamá?
—¿Que? ¿abuelo de tu madre? -vi confusión en su mirada, asentí con mi cabeza rápido y él sólo se encogió de hombros.
—Si, pero señor.. Me estoy perdiendo la pelea de mi mami.
—¿Quieres saber el resultado?
—¡Claro que sí!
—Gana tu madre.
—¡¡Oye!! ¿como lo sabes? ¿y por que me haz dicho como termina? ¡yo no te lo pedí! -bufe cruzándome de brazos, el señor me había arruinado la pelea aunque estoy contento de que mi mami vaya a ganar.
—¡Dijiste que querías saberlo! -me encogí de hombros pasando una de mis manos por mi nuca.— Esta bien, ¿y cuantos hijos tiene tu madre?
—Dos, mi hermano Gohan y yo aunque no conozco a mi hermano mayor.—hice un puchero, el alzó una de sus cejas.
—¿No lo conoces? ¿pero por qué estas aquí?
—No, yo nací aquí. ¡Mi mami me dijo que de bebé salve la Tierra con ella!—sonreí amplio levantando mis brazos al aire, él también sonrió.
— ¿Así que salvaron a la Tierra?— yo asentí.
—Yo solo la salvé una vez.. Pero ella sí y muchas veces.—seguí sonriendo al igual que él, siento el poder de pelea de mi mami cerca, pero el otro es mas bajo ahora. — ¡Es la guerrera más fuerte del mundo!— exclamé, él asintió.
—¿Que te parece si vamos a ver lo que queda de la pelea?
—Siiiiii.— dije feliz, comencé a correr emocionado hacia las gradas y al girar un poco mi vista lo vi a él caminando detrás mío serio, volví mi vista al frente y cuando llegue me senté en otro lugar, no al lado de Kaiosama porque solo había un asiento, espere a que llegara.
[..]
Narrador O.
—Y la ganadora es.. ¡Son Goko! ¡la salvadora de La Tierra!—gritó el comentarista levantando el brazo derecho de Goko quién sonreía ampliamente, todos los espectadores aplaudían de pie, excepto algunos que querían que ganase Paikuhan.
El resultado de la pelea se dio por votación, ya que llevaban más de 30 minutos y la pelea no se terminaba, por lo que juntaron algunos jueces e hicieron que decidieran por lo que ellos mismos vieron, Goko había ganado por 2 a 1, si bien ella había ganado ambos estaban felices de poder haber peleado con un rival digno, que les dio una gran pelea.
—¡Oye, Paikuhan! — lo llamó después de bajarse rápidamente del cuadrilátero, Paikuhan se dio vuelta y ella caminó hacia él.— Estuviste genial, espero poder luchar contigo otra vez, y que no nos interrumpan.—dijo riendo, rascando su nuca con una de sus manos.
—Tú también, aunque si mejoraras otras cosas quizá me ganarías.—dijo, honestamente.— Entrenaré.—afirmó y ambos se dieron un leve apretón de manos, cuando lo deshicieron apareció Goten corriendo hacia su mamá, con un hombre idéntico a ella solo que llevaba una cicatriz en su rostro, un pañuelo rojo al rededor de su cabeza y una armadura idéntica a la de Vegeta solo que cambiaban los colores a verde y tenía algunos detalles en rojo, además de tener negro.
—¡Eso fue increíble mamá, ganaste!— exclamó el niño, corriendo a los brazos de su madre abrazándola, ella hizo lo mismo pero mantuvo su mirada fija en la del hombre que ahora se detenía frente a ellos, mirándola fijamente, parecía que se hacía preguntas en su cabeza.