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—Aún no puedo creerlo — suspiró Kurena, hemos salido de esa pesadilla — ¿Kurena?
—S…Shin, per—perdón Capitán.
—Hay que estar en posición, prepara tu rifle, parece que tenemos compañía — dijo, mientras miraba a lo lejos unas naves de San Magnolia, que se avecinaban hacia ellos.

El mar que dividía a ambos territorios era amplio y basto, pero podía atravesarse en menos de un día si las embarcaciones marítimas se desplazaban a gran velocidad.

— ¡Esos malditos!, ya han logrado atravesar parte del mar, se acercan a nosotros es hora de apuntar, comandante  Flynn, qué hacemos— avancen, nos acercaremos lo más que se pueda, después de todo no hay señales de la legión.
—Hay que intentar establecer contacto con una de las naves a través del intercomunicador.
—Mayor Millize, ellos están apuntando hacia acá y a juzgar por la forma en como están haciendo todo, dudo que quieran venir a firmar un estúpido acuerdo de paz— espetó el subalterno con voz tajante.
—De todas maneras, hay que intentarlo, sé que puedo conseguir que no nos ataquen, sin embargo, no estaría demás tener las armas preparadas en caso de un ataque en potencia.
— ¡Jum!, nos acercaremos un par de kilómetros para tener mayor precisión, pero solo tendrá un momento de 10 minutos para lograr un breve acuerdo de cese al fuego.
—Entendido. Activando interruptor de comunicación, canal 1, sincronización con señal cercana.
Una luz brillante se activó en el pequeño espacio donde se encontraba Lena, frente a una interfaz donde se mostraban las posiciones de las naves enemigas.
—Habla la comandante, Millize — su nave esta próxima a terrenos bajo el control de la república
—Hmmm, ¿una chica? Preguntó un chico rubio, adolescente.
Los demás asintieron
—Undertaker, le copio. —Capitán, recuerde la misión.
Shin asintió, a las palabras de Magath, y dirigió su fría mirada a la embarcación enemiga.

—Deben parar el ataque, nosotros también lo haremos. Se ha…
Hubo un silencio, el sonido del radio, las respiraciones de Lena, delataban ansiedad por el momento, de alguna forma la voz de Shin, la intimidó con solo escucharla una vez. Ella había escuchado de la reputación del dios de la muerte, llamado Undertaker, había acabado con gran parte de los ejércitos de otras naciones que antes intentaron atacar a su nación y con algunas ovejas de la legión.

—Debo suponer que usted está a cargo del escuadrón, ¿Mayor Millize?— la voz monótona sonó, fría y distante—disparemos al primer movimiento en falso sino abren paso.

Lena abrió los ojos perpleja, este hombre no tenía intención de dialogar simplemente iban hacia ellos, y atacar todo lo que estuviera la frente. Trago saliva antes de proceder y tomar valor para hacerle frente

—Nosotros, no queremos atacarlos.
—Es usted muy condescendiente, ¿esas son sus últimas palabras?
— ¡¿Qué?! Me temo que no nos hemos comprendido bien…—Me ha escuchado perfectamente, esto es una guerra, no hay acuerdo.
—Esperen, esperen ¡no!— Mayor Millize es inútil, ya basta, estos animales no van a reaccionar
—Millize, es suficiente, atacaremos igual —habló el comandante Braun.
Shin se disponía a atacar, cuando hubo una interrupción inicial, pensó en una falla temporal del interruptor de comunicación, después de todo la tecnología de estos estaba deteriorándose

—Comandante Braun, le ruego que me deje hablar, una vez más. — No Millize, ya déjalo, señor, lo intentare una vez más, — sin pensarlo hablo — receptor, cuál es su nombre
—Undertaker— no hablo de ese, su nombre real— Shin miro al lado antes de responder, pensando ¿quién es ella?— Shiney Nouzen. — Muy bien, Nouzen ambos luchamos por proteger nuestras naciones, le aseguro que nuestra intención no es atacar, tenemos un frente en común, podemos hacerlo juntos, podemos hacer un alto.

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