Narra William
¡No lo puedo creer! ¿¡Cómo se atrevió a eso!? ¿¡A ESO!?
- ¿¡Cómo que es una mujer!?- grité furioso. Era entendible mi enojo, somos todos hombre y habíamos acordados ser hombres siempre.- ¿Quién te crees que eres para hacer eso?
Sentí mi mejilla arder, el hijo de puta golpeaba bien.
- Me hablas con respeto, pendejo. Soy tú padre, haces lo que yo te digo, cuando yo lo digo, entendido?- dijo secamente.
- ¿Qué edad tiene?- dije entre dientes enojado.
- Veinte.- me tendió un expediente en donde podía ver la foto de una chica rubia, de ojos celestes, nariz pequeña, labios medianamente grandes y el cabello hasta por debajo de la cintura. Hermosa, muy linda debo decir; pero para nosotros eran objetos sexuales, no compañeros de mafia o como se pueda decir. Tendría que ser muy buena como para entrar; tener demasiadas cualidades.- Está por llegar seguramente, así que quiero que la recibas.- Me exigió.
- ¿Y por qué la aceptaría?- algo tenía que tener para que él, Jeremy Fields, la buscará o aceptará.
- Porque es una de las mejores gangster del mundo, dispara mejor todos ustedes gorilas.- Sonrío burlándose de nosotros, sus compañeros, de su propio hijo.
- ¿Mejor que yo? No creo...- el egocentrismo era parte de mi hace ya mucho tiempo. Tenía razón, yo era uno de los mejores tiradores de todos los Estados Unidos y mi propio padre no lo puede negar, esa chica no me puede superar.
- La tendrías que ver, William, es sorprendente que una chica haga lo que ella hace.- Dijo admirándola.
¡Ja! Ya veremos.
Tocaron la puerta, Jeremy dijo un común "pase" y entro la señora Sue; ella era como la madre de todos, nos cuidaba, nos mimaba y protegía como si fuéramos sus hijos, por mas que seamos unos criminales ella nos quería.
- Con permiso, señor, ha llegado la señorita Mia Cavanaught.- Dijo tranquilamente.
¿Con que Mia Cavanaught, eh?
- Que pase, por favor.- dijo mientras se paraba a recibirla. Yo solo me quede sentado en el sillón, no la miré y tampoco pensaba recibirla bien.
- Hola, Mia, un gusto.- Logré escuchar que dijo mi padre.- Jeremy Fields a su disposición.- ¿desde cuando era tan amable?
- Una placer, señor Fields.- dijo una voz de mujer, no aguda, ni gruesa, normal y muy linda tendría que decir.
Sentí que se acercaron al escritorio; Jeremy se fue hacia su asiento y por lo visto ella notó mi presencia. Mi padre me apunto con su mano y dijo:
- Mia, te quiero presentar a mi hijo, William Fields.- sonrío.
Me gire a verla y me encontré con una chica de 1.70, delgada de piernas largas, se veía mas hermosa que en la foto. Por lo visto se quedo embobada viendo hasta se percató de que estaba pareciendo una total idiota, siempre pasaba eso. Sonreí para adentro, todas iguales.
- Hola, señor Fields.- dijo "amablemente". No se por qué pero no me cayo bien y solamente la escuche decir unas escasas palabras.
Yo solo la mire mientras me levantaba para esquivarla y chocarle el hombro a propósito y salir con fuertes pisadas de la oficina, ¿qué se creía? ¿Que yo la iba a abrazar? Seguramente no sabe que es la única mujer en toda esta casa además de Sue, y la única que tuvo la oportunidad de conseguir un pase a esta mafia, solo entraría si pasa por las tres pruebas que TODOS pasamos, no hay ninguno que no haya hecho las tres peores cosas de todo su puta vida, porque sin duda lo que Jeremy te hacia hacer era solo para probar si podías resistir a tales cosas. No creo que esa nenita logre pasar una de las pruebas, se ve muy buena como para hacer lo que hacemos; muy santa.
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Mafiosa
ActionElla no sentía, no quería caer de nuevo en la derrota más conocida, llamada amor. Su objetivo es llegar a ser una de las más grandes mafiosas, quería que todo el mundo hablara de ella; que sintieran respeto, los noticieros eufóricos por sus atentado...