CAPITULO 7

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El amor que sentían el uno por el otro era simplemente mágico. Era sorprendente ver cómo después de diez largos años de haber estado separados, seguían amándose como el primer día.

Había pasado una semana, Manuel y Lucero seguían viéndose de vez en cuando, creando excusas como que se les había olvidado algo o no habían comprado ciertos alimentos para la comida. Nadie sospechaba nada, ya que estos comportamientos eran bastante naturales en ellos. Pero normalmente no tardaban mucho en la casa del otro.

Lucero y Mariana desayunaban en el jardín de la casa de Lu mientras charlaban muy a gusto.

- Lu, ¿No tienes tantita azúcar que me regales para mi café por fa?- preguntó Mariana.

- Déjame checo- respondió y se levantó para ir a la cocina.

Buscó y buscó pero no encontró la dichosa azúcar. En eso entró Lucy a la cocina y vio a Lu como loca buscando algo.

- ¿Necesita algo señora?- preguntó Lucy.

- Ay si Lucy- respondió- ¿Tu no viste donde quedó el bote de azúcar?-.

- ¡Ay señora!- exclamó riendo Lucy- ¿Cómo va a encontrar el azúcar si ni siquiera lo compró?-.

Lucero la miró y recordó el pequeño despiste de su parte.

- Ay Lucy- dijo riendo- ¿Qué haría yo sin ti?-.

- Si quiere la voy a comprar rapidito-.

- No no Lucy- contestó Lucero- le pediré al señor Manuel para que tu no te tengas que mover-.

- Oh okey-.

Lucero regresó hasta donde estaba Mariana.

- Mar, se me olvidó comprar azúcar pero no te preocupes que ahorita le pido a Manuel- dijo.

- Okey- respondió Mariana algo confundida por la rapidez de sus palabras.

Lucero fue hasta la casa de Manuel y tocó la puerta. Manuel abrió la puerta y sonrió al verla.

- ¡Reina!- exclamó y la abrazó.

- Mi spaw- dijo Lu al sentir su tacto.

Se separaron y se besaron apasionadamente. Entraron a la casa y el la abrazó por detrás.

- Te extrañé como no tienes una idea- dijo mientras le besaba el cuello. Lucero rio.

- Manuel, nos vimos ayer- rio.

- Para mi fue una eternidad- respondió el y ella volvió a reír- por cierto, ¿Qué te trae por aquí reina?-.

- Vine a pedirte azúcar para Mariana- respondió ella.

- Oh, yo pensé que venias por mi- hizo un pequeño berrinche.

Ella rio al verlo y dejó pequeños besos por toda su cara.

- Por supuesto que también vine a verte un ratito-.

Caminaron a la cocina por el azúcar. Manuel la sacó de la alacena y cuando Lu la iba a tomar el se la quitó.

- No no reina- negó- si la quieres me tendrás que dar un beso-.

- Manuel, Mariana me va a matar- le reprochó.

- Tendrá que esperar-.

- Esta bien- dijo y lo besó- ¿Ya me la das?-.

- No, quiero otro-.

Lo volvió a besar.

- Otro- lo besó- uno mas-.

De un momento a otro Manuel ya había dejado el azúcar a un lado para disfrutar el momento con su reina.

Manuel cargó a Lucero y la subió a la isla de la cocina.

Mariana se preguntaba donde estaba Lucero.

- ¿Dónde se habrá metido esta mujer?- se preguntó a si misma.

Manuel y Lucero seguían quitándose la ropa y besándose con pasión.

Cuando ya estaban completamente desnudos lo dos, Manuel entró en ella.

Mariana entró a la casa a buscar a Lucero.

- Lucy, ¿Ya regresó la señora?- preguntó.

- No señora Mariana- respondió Lucy- al parecer sigue en casa de don Manuel-.

- Okey Lucy- Mariana empezó a sospechar un poco así que decidió interrogar a Lucy.

Mientras tanto, Manuel y Lucero seguían amándose en la cocina. Por fin habían llegado al orgasmo y cayeron rendidos en el piso.

- Oye Lucy, cuéntame algo- empezó Mariana- ¿Es la primera vez que pasan situaciones así?-.

- Ay señora yo no puedo decir nada y usted lo sabe- respondió Lucy y Mariana frunció el seño un poco al ver que su plan no estaba funcionando tan bien- pero aquí entre nos- Mariana sonrió victoriosa y se apoyó en la mesa de la cocina para escuchar lo que Lucy le diría- últimamente, la señora hace visitas continuas a la casa del señor Manuel, siempre sale con la excusa de que se le olvidó algo y se tarda horas en volver- Mariana escuchaba atentamente- ay señora, por favor no le vaya a decir nada a mi patrona porque capaz y me corre-.

- No te preocupes Lucy, no diré nada-.

En casa de Manuel, los dos se vestían rápidamente.

- Ay Manuel, Mariana ahora si me matará- dijo Lucero.

- Le dices que nos entretuvimos platicando sobre el concierto- le respondió Manuel- por cierto reina, te quería hacer una pequeña propuesta-.

- Te escucho- contestó Lucero encaminado se a la puerta con el bote de azúcar.

- ¿Qué te parece si nos vamos el fin de semana a mi casa de Cuernavaca?- le propuso Manuel.

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Se que en estos momentos me quieren matar y les pido perdón por la tardanza pero esta semana trataré de estar lo mas activa posible.

<3

F.C.




Solo nos faltaba esoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora