La historia de Charlotte Hemsley y John Shelby, de cómo su matrimonio arreglado se vuelve el vínculo más fuerte y de como superan todas las adversidades que sus vidas laborales les imponen.
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Los ojos de Charlotte se abrieron de golpe al oír gritos a lo lejos. Alarmada se sentó en la cama y todo en su cabeza empezó a dar vueltas y vueltas. No entendía bien donde estaba, ni que había pasado. Intentó hacer memoria y de a poco fue recordando la cronología de los eventos. Al mirar su brazo que estaba vendado recordó el accidente que había tenido y que Thomas le había hecho los puntos bajo muchísima presión. No se animó a sacarse la venda, el brazo le dolía hasta la altura del hombro casi y sentía la herida arder. De a poco los recuerdos fueron cayendo en su mente y flashes de todo lo que había pasado fueron reproduciéndose en su cabeza. Recordó a John y recordó sus besos, eso enseguida la hizo mirar alrededor en búsqueda del joven pero la cama matrimonial se encontraba vacía. Vió su vestido de novia en el suelo, junto a la ropa que John había usado ayer también desparramada por la habitación y en ese instante se percató de que estaba desnuda. Sus pensamientos fueron interrumpidos en el momento en el que vió a una niña parada en la puerta de la habitación. Charlotte enseguida se tapó con la sábana mientras pensaba que se suponía que debía decir.
-Um... Hola... ¿Cuál es tú nombre?- Preguntó Charlotte suavemente, la niña se quedó unos segundos pensativa, como analizandola con la mirada.
-Katie... ¿Tú eres la nueva esposa de mí papá?- Su pregunta tomó por sorpresa a la somnolienta Charlotte.
-Eh... Sí, mí nombre es Charlotte...- Hizo una breve pausa- Katie... ¿Qué te parece si me cambio y les preparo el desayuno a tí y a tus hermanos?- Sugirió ella y el rostro de la niña enseguida se iluminó con una sonrisa.
-¡Te esperamos en la cocina!- Exclamó con entusiasmo mientras se marchaba de la habitación. Charlotte suspiró con alivio mientras se ponía de pié para buscar ropa. Claramente no iba a ponerse su vestido de novia así que luego de ponerse la ropa interior que había usado ayer, decidió abrir el armario que había en la habitación en busca de algo para ponerse. Adentro se encontró con unos cuantos vestidos y polleras, enseguida se acordó de lo que le había contado su padre sobre la difunta esposa de John. No le gustaba la idea de usar la ropa de la muchacha, sentía que era irrespetuoso de su parte; así que optó por ponerse el finito y bastante corto vestido de seda que había usado debajo del vestido de bodas ayer. Encima de esto se puso una bata negra que encontró, que por su aroma se dió cuenta que pertenecía a John, la cual le permitió cubrirse un poco más y a su vez no morirse de frío. Se dirigió al baño que estaba junto a la habitación, cuando se miró al espejo se pudo percatar de que las ojeras casi que le llegaban al piso y que su cabello era un desastre. Luego de acomodarse un poco y de lavarse la cara para mejorar su aspecto, era momento de controlar su herida. Sacar la venda le costó, se había pegoteado con la lastimadura haciendo que sea difícil y doloroso quitarla.
