Sophia respiró despacio. Cerró los ojos, y se concentró en la voz de Dylan.
— Está todo oscuro. Hace frío, y estáis en una sala inmensa. No se escucha nada más que vuestros pasos... y... y... —la entonación misteriosa y suave que estaba poniendo Dylan fue sustituida por su voz habitual, algo más aguda y veloz—. ¿Qué se supone que pone aquí?
A su lado, Sophia notó como Drea se movía, y escuchó el ruido del pergamino arrugándose.
— "Huele a humedad" —susurró Andrea.
— Drea —riñó Nora—. Concéntrate.
Sophia escuchó a Andrea colocarse apresuradamente a su lado y realizar los ejercicios de respiración lo más rápido como pudo. Sophia apretó la mandíbula, y se colocó la túnica sin abrir los ojos.
— No va a funcionar —murmuró, dejando escapar una mueca de disgusto. A continuación, Nora le golpeó en el brazo—. ¡Au!
— Dumbledore dijo que funcionaría —recordó Drea.
— Claro que funcionará. Si os concentráis... —repitió Nora—. Sigue, Dylan.
Las tres escucharon como el mago trataba de alisar el pergamino.
— Está oscuro. Hace frío, y estáis...
— ¡Eso ya lo has leído!
— No va a funcionar —rió amargamente Sophia. Abrió los ojos, se separó de sus amigas y comenzó a pasear por la habitación redonda—. Ya sabemos qué pasa si decimos una palabra cada una...
— Sophia tiene razón —dijo Dylan, al ritmo que doblaba el pergamino cuidadosamente en cuatro partes y se apoyaba sobre la silla de Drea, cubierta de ropa—. Tenéis que probar algo diferente o el encantamiento distribuirá los recuerdos en el tiempo como hace normalmente.
— Nora dijo el encantamiento entero, ¿no es así? —observó Andrea—. Y también aquella vez, cuando... cuando Cedric...
— Es cierto. Pero mis recuerdos eran muy débiles, no fui capaz de ver nada en condiciones.
— Ahora estamos todas. Podemos colaborar en tu encantamiento...
— ¿Te refieres a... lanzárselo? —exclamó Dylan, mirando a Sophia horrorizado—. No creo que sea buena idea... Dumbledore me ha puesto al mando de esto para que os mantenga a salvo, y no consentiré...
— Dumbledore no te ha puesto al mando de nada —exclamó Nora.
— ¿Y tú qué propones, Dylan? —respondió Sophia, con un deje de hartura en la voz.
— Bueno, decir el encantamiento a la vez debería proporcionaros la energía suficiente—dijo rascándose la barbilla. Andrea iba a protestar, pero Dylan se le adelantó—. Por lo que he leído, los encantamientos avizores requieren cierta estabilidad emocional, es probablemente que fallara por eso el año pasado.
Sophia miró a Nora y, consecutivamente, a Drea y a Dylan.
— Por mí, lo intentamos —dijo, decidida, apartando la mirada de Nora.
Andrea sacudió la cabeza, como si tratara de evitar algún pensamiento molesto.
— ¿Qué nargles? ¡Por mí también! —exclamó—. Tenemos que hacerlo de alguna manera, ¿no?
— Hagámoslo, entonces —dijo Nora, convencida. Las tres se acercaron, formando un triángulo, y Dylan las observó, atento.
— Bien, intentad enfocaros en cualquier cosa que os recuerde a la visión de Drea... El frío, la humedad... todo eso —comenzó a decir, paseando alrededor. Ahora sujetaba, además del pergamino con el recuerdo de Drea, un libro de grandes tapas negras que consultaba con urgencia.
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Cristales de luz | El Trío de Plata (2)
FanficUn verano no lo cura todo, por mucho que Andrea se intente convencer de ello. De hecho, se da cuenta de que su verano no ha servido de nada cuando, al volver a Hogwarts, no puede dejar de buscar a Cedric con la mirada. Su única solución es continu...