Si tuvieras la oportunidad de ir a tu película, serie o anime favorito.
¿Lo harías?
Luego de la muerte de su familia, decidió cerrar su corazón. Decidiendo sólo confiar en su único y mejor amigo de la infancia.
Ella era una chica introvertida, call...
🎼 Come little children~ ♪I'll take the away Into a land of enchantment~ ♬Come little children~ The time's come to play~ ♫Here in my garden of shadows~ 🎶 🎼
♬Follow, sweet children~ I'll show thee the way~ ♪Through all the pain and the sorrows~ ♫Weep not poor children~ 🎶For life is this way~ Murdering beauty and passions~♫...
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Después de una larga y cansada noche la pelinegra abrió los ojos con los rayos de sol que atravesaban la ventana de la habitación iluminando partes de su rostro, empezó a moverse de un lado a otro dando pequeñas vueltas en la cama tratando de encontrar la posición correcta donde no le llegase la luz del sol, era un buen día para quedarse acostada en la cama sin hacer nada... bueno, ¿no eran todos los días así para nuestra protagonista? Ya sea que lloviera o que hiciera buen clima, ella solo quería quedarse en casa y dormir todo el día.
Si fuera por ella lo haría, pero tenía responsabilidades que debía de cumplir.
—Cinco minutos más... —decía la pelinegra entre susurros mientras se envolvía entre las sábanas para seguir durmiendo cuando de pronto el fuerte sonido del despertador la hizo caer del susto al frío piso de madera. Aún no se acostumbraba a ese despertador, quería deshacerse de el al igual que todas las mañanas pero luego recordaba el hecho del porque lo tenía y se le pasaba el deseo de destrucción.
Con todas las fuerzas del mundo, aún cansada y con los ojos entrecerrados se levantó y se dirigió al baño a darse una ducha, para luego, al salir, ponerse su uniforme, guardar sus cosas en su mochila y salir de casa cerrando con llave la puerta de la entrada.
Ella vivía sola puesto que sus padres y hermanos habían fallecido en un "accidente" de coche hace seis meses, un accidente en el que ella era la única sobreviviente... Aún era menor de edad pero con la emancipación que adquirió de sus tíos, los cuales no se preocupaban ni un poco por ella, pudo seguir su vida viviendo en la casa de sus padres, era un poco difícil... bueno muy difícil, tenía que ir a trabajar después de sus largas horas en el colegio para luego al llegar a casa hacer sus tareas y finalmente dormir unas pocas horas. Los fines de semana no eran la excepción, tenía dos trabajos más los cuales la mantenían ocupada todo el día, no tenía tiempo para salir con sus amigas ni para divertirse, aunque la verdad no tenía ninguna, y a su único amigo no se le veía mucho por la escuela, bueno aun así preferiría trabajar que gastar su tiempo en formar relaciones innecesarias, eso era lo que ella pensaba.
Para nuestra protagonista el mejor día de su vida sería una en la que pudiese quedarse en casa todo el día sin hacer nada, pero eso si ganando... dinero?, obviamente era un sueño imposible de cumplir.
«Después de la escuela debería de ir a comprar más comida instantánea, la que tengo ya casi se agota», pensó la pelinegra mientras caminaba hacia su escuela.
Mientras caminaba pensando en lo que debería comprar y en otras cosas triviales sin darse cuenta se encontraba frente a la puerta de su salón.
—Oh! Ya llegué —dijo mientras entraba y se sentaba en la silla que se encontraba en la esquina del salón, cerca de la ventana.
