Capítulo 16

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Escondí un mechón de cabello detrás de mi oreja mientras caminaba hacia una de las tantas mesas del restaurante.

Debo admitir que mi segundo día de trabajo fue mejor que el primero, por supuesto que recibí bastante ayuda de Jared y Mei. Memorizarme los pedidos de cada mesa seguía siendo un desafío para mí, pero al menos toda esta actividad me mantenía ocupada y pensando en algo más que en el accidente de la Sra. Jones.

Sentí un escalofrío por mi espalda cuando Val me dijo que la última persona que había estado con su madre había sido Jason y cada vez me sentía menos segura con él alrededor. Pero ahora, el hecho de que Jason no se había aparecido en el hospital en todo el tiempo que estuvimos ahí, me hacía sentir mucho más desconfiada con él. Si realmente él tenía algo que ver con el accidente, entonces estábamos en un problema.

Sacudí mi cabeza antes de que mi mente empezara a hacer conclusiones paranoicas.

Cuando por fin la gente se había marchado, mi mente seguía divagando por lugares donde no debería. Debí haber estado muy distraída porque cuando me di cuenta, Jared estaba mirándome, esperando por alguna respuesta.

—¿Qué? —pregunté medio avergonzada. Jared pareció estar aguantando una sonrisa.

—Dije que tengo que quedarme un rato más ¿Aún quieres que te lleve a casa?

—Oh, no, no, está bien, puedo tomar un taxi.

—Liz, ¿estás bien? —él entornó los ojos hacia mí —. Estuviste distraída todo el día.

—Sí, es solo... —suspiré por el cansancio físico y emocional —es por la madre de Val.

—Sí, lo entiendo —Él bajó la mirada a sus manos. Por supuesto que él lo entendía, la Sra. Jones era tía de Jared. Me sentí terriblemente desconsiderada en ese momento.

—Lo siento.

—Está bien, entonces ¿puedes irte sola? —él cambió de tema. Asentí y sonreí ligeramente antes de despedirme y salir.

Cuando salí, el aire fresco me golpeó en la cara y yo solo estaba usando el uniforme con mangas cortas del restaurante. Saqué una chaqueta de mi bolso y me la puse mientras miraba hacia las calles buscando un taxi que me llevara a casa. Unos pasos más adelante, vi un reluciente auto negro con ventanas polarizadas, los pensamientos paranoicos se dispararon en mi cabeza. Caminé un poco más lento mientras me acercaba obligadamente hacia el auto. Cuando estuve lo suficientemente cerca como para ver mi propio reflejo en las ventanillas, pude ver que uno de los espejos retrovisores estaba roto.

—¿Te gusta? —Una voz ronca me sobresaltó. Echándome hacia atrás miré hacia donde había venido la voz. Sentí palidecerme un poco más cuando vi al hombre con cabello canoso de la otra noche frente a mí. Su expresión era totalmente neutra. Sus rasgos eran duros y a la luz naranja del atardecer se veía un poco siniestro —. Un lindo auto ¿no crees?

—Sí —intenté sonar firme y no como una niñita intimidada, que es exactamente como me sentía —. Es una lástima lo del espejo retrovisor ¿Cómo sucedió? —Ni siquiera sé de dónde saqué el valor para decir eso.

—Un pequeño accidente —dijo con su monótona voz. Rodeándome, caminó hacia la puerta del auto, estuve aliviada de que esta extraña conversación haya terminado rápidamente, cuando él se detuvo y me miró con sus fríos ojos grises —. Dile a Jason que lamento mucho lo de Natalie —dicho esto, entró al auto y yo estuve ahí parada como una idiota hasta que el auto negro no era más que una mancha lejana.

***

Cuando estuve dentro de la casa con la que lentamente me iba familiarizando, caminé directo hacia mi habitación.

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