Capítulo 17

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Me pregunto si la expresión de Alan será un reflejo de la mía. Él se veía confundido y como si estuviera intentando encontrar sentido a la situación. Quise decir algo, algo como "Hey, Alan! No sabía que tenías una hermana" pero las palabras quedaron atoradas en mi garganta, así que Ellie fue la primera en hablar.

—¡Alan! —Exclamó la niña llamando su atención -ella es de quien te hablé ayer, mi nueva amiga —me sorprendió la naturalidad en su voz al decir eso y me enterneció que en tan poco tiempo me considerara su nueva amiga te dije que era bonita.

—Sí —dijo él, saliendo de su sorpresa y entrando más en la habitación —tenías razón.

—¿Y ahora podrás olvidarte de la chica que no te hace caso? —ella preguntó con inocencia. Esa afirmación activó mi curiosidad y no pude contenerme de preguntar.

—¿Qué chica?

—Ahhhmm... Alan, ¿Cuál era su nombre? —Dijo ella llevando su pequeño dedo a su barbilla —¿Liz?

Contuve mi risa y miré a Alan, esperando verlo al menos un poco avergonzado por la declaración de su hermana pequeña, pero él solo guiñó un ojo mientras sonreía.

—Por cierto —volvió a hablar Ellie —¿Cómo te llamas?

—Liz —dije sin poder contener la breve risa que salió de mis labios. Ellie abrió grande sus ojos azules.

—¡Te llamas igual que ella! —exclamó. Alan rió, caminó hacia la niña y luego se sentó a su lado.

—Es ella, boba —dijo él cariñosamente mientras despeinaba ligeramente el cabello oscuro de Ellie.

—¿En serio? —ahora ella pareció aún más sorprendida que antes. Asentí como respuesta —Oh... y ¿por qué no le haces caso a mi hermano? Él es buen chico.

—Deberías escucharla —habló Alan mientras acercaba a Ellie a su lado —ella nunca se equivoca.

Rodé los ojos

—Bueno, él no fue tan buen chico conmigo.

—¿De verdad? —Ellie levantó la cabeza hacia Alan —¿Qué le hiciste a Liz? —lo reprendió.

—Nada, lo prometo —él levantó ambas manos al aire, ella lo miró desconfiada.

—No sé si creerte.

—Ah ¿en serio? —Alan metió la mano en la mochila que, no me había dado cuenta, traía al hombro y sacó una pequeña cajita de bombones —y ¿qué tal ahora?

—Te creo ahora —Dijo la niña rápidamente tomando la cajita en sus manos.

La misma enfermera que había encontrado a Ellie hablando conmigo ayer, entró a la habitación. Era una mujer de unos cuarenta años, tal vez. Cuando miró la caja de bombones en las manos de Ellie, hizo una señal negativa con la cabeza.

—Deberías traerle algo más saludable —miró severamente a Alan.

—¡Oh, vamos! Un poco de dulce no le hace daño a nadie, Lauren —contestó él, divertido.

—¿Es hora de la medicina? —preguntó Ellie dejando la pequeña caja en la mesita junto a su cama.

—Así es, pequeña.

—¡Oooh! —se quejó y miró suplicante a su hermano.

—Lo siento, linda, pero es necesario —él besó su frente y no pude aguantar la pequeña sonrisa que se asomaba en mi rostro. Alan Dankworth y su hermana, era lo más tierno que había visto hoy —. Te veré mañana, ¿está bien?

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