Que mierda con este grupo

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—¿Quién mierda eres?

Rápidamente me solté de su agarre y me paré. Me alejé a una distancia considerable por seguridad. Él por su parte se puso aún más a la defensiva. No se pudo parar, pero en cambio, se apoyó contra la pared de detrás.

—Perdón si le asusté —Dije tratando de calmarle. No era bueno hacer enojar a un borracho. Además era una pérdida de tiempo —¿Se encuentra bien?

—Ja —Se burló —No puede ser que una mujer cualquiera se preocupe más de mí que mis propios compañeros —Levantó la vista. No pude apreciar el color de sus ojos por la oscuridad. Solo distinguí una melena dorada y ropajes de mercenario. Al estar arrimado a la pared tampoco podía ver mucho, tenía una pierna flexionada hacia su pecho y la otra descansaba estirada. Apoyaba un brazo entre su regazo y abdomen, mientras que el otro poseía la botella rota. Probablemente por defensa utilizaria el filo del vidrio.

Mi intuición me decía que era él. Aunque igualmente la descripción concordaba con lo que me habían dicho los señores, debería de serlo.

—Disculpe —Capté su atención —¿Usted se llama..?

—¿Por qué piensa qué le diré mi nombre a una mujer completamente extraña? —Negó rápidamente. Estaba acelerado —Las personas son cada vez más estúpidas...

—Mi nombre es Madelyne —Le interrumpí —Soy una empleada de Rabbit Hole —Él se mostró sorprendido, y por un momento creí que iba a decir su nombre. Pero en su lugar, se escucharon unas pisadas rápidas. Eran un grupo ya que eran varias. Y se podían apreciar unos cuantos susurros como "encuéntrenlo", "¿dónde mierda se metió?" Venían de mi izquierda, la dirección donde era la casa de la madre del Jefe.

Esperanzada, pensé que serían los compañeros del borracho. Pero no. Al cabo de unos segundos estábamos rodeados por tres hombres, y los amigos de él eran cuatro. Además de que sus caras no eran ni de lejos parecidas, probablemente ellos tendrían que llegar por la derecha, que era la dirección de la taberna.

—¿Buscan algo..? —Pregunté cordialmente. Me tuve que girar para poder verlos. Sinceramente me sentí un poco acobardada por estar rodeada de tres musculosos señores. Pero intenté no demostrarlo. Aunque se ve que mis esfuerzos fueron en vano. Escuché una leve risilla tras mía. El borrachito encontraba todo eso muy divertido.

—¿Conoce a este tipo, señorita? —Dijo uno amenazante y señalando al chico tras de mí. Frunció el ceño como si estuviera imaginando y eligiendo como estrangular al muchacho.

—No exactamente... ¿tienen algo que hablar con él?

—Ese bastardo nos robó tres botellas de alcohol e hizo un escándalo en nuestro bar —Dijo irritado —Lo estuvimos buscando para darle su merecido, si es que no tiene el dinero para pagarlo.

—Supongo que no habría que llegar a esos extremos —Dije apaciguando el humor del ambiente. Lo único que se me ocurrió fue girarme y preguntar si quería cooperar —¿Tienes el dinero?; ¿cuánto les debes?

Me respondió con una mirada amenazante —¿Y a ti qué te importa?, entrometida de mierda —Me sorprendí. Mientras, los tres se le arrimaron para darle una paliza. Reaccioné antes de un desastre —¡Esperen, esperen! —Les bloqueé el paso extendiendo los brazos —Está borracho, por eso responde así —Dije un poco desesperada.

—Señorita, este es un problema entre él y nosotros. Además acaba de ser insultada, ¿no quiere recuperar un poco de su dignidad?

—Gracias por su humilde ofrecimiento, pero debo de declinar —Hice una leve clemencia con mi cabeza. Volví mi vista al frente y ellos retrocedieron un poco —Por favor, hablen conmigo y no le presten atención.

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