XVI ¡ CAPÍTULO DIECISIETE ! ❛ los agujeros en mis alas de mariposa. ❜
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DESPUÉS DE LA GUERRA, RAYLA ESTABA DE VUELTA A ASGARD. ERA LA ESTRATEGA MÁS FORMIDABLE DE ASGARD. ERA EL MOMENTO MÁS ALTO DE SU VIDA.
Y alto.
¿Tres años después y así seguía su historia?.
Alto. Había que ponerse al día más apropiadamente con Rayla Regem; la villana de su propia historia. Y es que en tres años humanos la dragona había... Descansado. De una manera plena. Libre. Pacífica. Cómo una noche en el bosque con la luna de única compañía. Rayla nunca había estado tan pacífica, y en ese tiempo, pudo encontrarse mejor.
Se te acaba el tiempo.
No. No lo hacía. Ella tenía todo el tiempo del mundo. Había transcurrido lo que la profecía de Nashira y Zao habían proclamado. Y Rayla había saldado su deuda con aquellas palabras provenientes del futuro que daban forma a su destino. Era libre. Y el tiempo ya no se le acababa, no más.
Sus ojos fueron a través del palacio a la estatua de Loki, el pueblo no la aceptaba así que con una ilusión que había conjurado lograba hacerse notar con sus estrategias para conquistar los diez mundos y crear un régimen de supremacia de Regem y Asgard. Sin darse cuenta, Rayla se tornó su madre, pero de manera menos radical.
Inclusive tenía ese afecto hacia Loki como Virginia hacia Minerva.
Alto.
Sus ojos bajaron hacia su habitación en el palacio, ¿Tenía encuentros con Loki? No. Era... Extraño. Y nuevo. De alguna manera su odio había perdio veracidad pero sus palabras afiladas seguían estando allí, de manera amistosa, o inclusive como una manera de demostrar lo que sentían. Loki era sonriente. Rayla siempre estaba seria, pero Loki conseguía hacerla sonreír levemente o al menos mostrar el indicio de una.
Nunca hablaban de aquello abiertamente, pero era claro que su afecto estaba allí, era nuevo. Y de alguna manera parecía enloquecerlos y enojarlos por igual.
¿Podían ellos... Amar?.
Sus manos solían rozarse sin querer, sus ojos buscarse como imanes, la sonrisa de Rayla parecía activarse únicamente con Loki. Y debía admitirlo, el le había enseñado a sonreír. Mientras que Loki parecía tener un propósito con Rayla en su camino. Hielo y Fuego; habían aprendido a complementarse nada más al estar ellos dos, sin padres o hermanos, solo ellos.
