Harry Potter Y El Dios De La Muerte

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Harry Potter y el Dios de la muerte

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Capítulo el
servicio de entrega de la decimocuarta mariposa

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La alarma de Ichigo sonó precisamente a las cinco de la mañana siguiente. Se dio la vuelta y se tapó la cabeza con las mantas en un intento desesperado por volver a dormirse. Él fulminó con la mirada al artilugio agudo y sonoro junto a la cama, considerando seriamente hacer añicos la estúpida cosa.

Lástima que los teléfonos Soul fueran tan malditamente caros en estos días.

Se sentó con un bostezo y apagó el molesto artilugio, frotándose los ojos con cansancio. Todavía estaba oscuro afuera cuando salió de la cama y se puso una sudadera delgada y andrajosa por la cabeza. Manteniéndose en silencio para no molestar a sus compañeros de cuarto que aún roncaban, Ichigo bajó las escaleras hacia la sala común. La Dama Gorda refunfuñó somnolienta en protesta cuando él hizo a un lado su retrato al salir, pero por lo demás, el castillo estaba completamente quieto y en silencio mientras se dirigía hacia el vestíbulo de entrada. Esperaba encontrar un lugar apartado en algún lugar por motivos que él y Shiro pudieran usar como área de combate. No había estado bromeando cuando dijo que entre Grimmjow y Kenpachi, pasar un año completo sin entrenamiento equivaldría a suicidarse, porque ellos ciertamente no se aflojaría y sus niveles de habilidad estaban lo suficientemente cerca como estaba.

…Ese era el plan, de todos modos. Desafortunadamente, dicho plan se había derrumbado cuando tomó un giro equivocado en algún lugar del quinto piso.

Maldijo en voz alta y golpeó con el puño la pared más cercana, y se sintió levemente satisfecho por la grieta que apareció en la mampostería.

Un retrato cercano de un hombre gordo con un pañuelo se despertó bruscamente. "Yo digo, muchacho, no lo hagas ... algunos de nosotros estamos tratando de dormir, ya sabes ..." murmuró adormilado.

Ichigo lo ignoró. "Maldita sea, sé que ya pasé esa armadura ... ¿Por qué demonios este maldito castillo tiene que ser tan difícil de navegar ?"

"Me temo que debemos culpar a Lady Rowena por eso, muchacho", dijo una voz detrás de él, e Ichigo se dio la vuelta para ver una figura de color blanco perla con un fino abrigo bordado. "La arquitectura cambiante fue idea suya; inconveniente, quizás, pero es una pieza de magia bastante ingeniosa". Enderezó el cuello alto de su jubón. Sir Nicholas de Mimsy-Porpington, a su servicio.

Ichigo trató de no mirarlo. ¿Este era uno de los fantasmas…? "Ichigo Kurosaki. Encantado de conocerte, Nicholas-san."

Nicholas agitó una mano con desdén, pero no pudo ocultar la sonrisa en su rostro. "Ah, debe ser el famoso estudiante transferido. Es un placer conocerlo, Sr. Kurosaki".

"Es solo Ichigo, si no te importa," murmuró. " Odio las formalidades".

Nicholas se rió. "Muy bien entonces. ¿Qué estás haciendo aquí abajo tan temprano en la mañana? Tenía entendido que los jóvenes como tú preferían dormir a esta hora del día".

Ichigo frunció el ceño. "Estaba tratando de llegar al terreno ... creo que hice un giro equivocado en alguna parte".

"De hecho," dijo Nicholas, sonando divertido. "Teniendo en cuenta que este corredor conduce a la antigua Torre de Astronomía, me siento obligado a decirles que está completamente fuera de los límites excepto para las clases".

"... Oh. Menos mal que viniste entonces." Ichigo miró hacia afuera; el sol se asomaba por encima de las cumbres distantes de las montañas, teñiendo el cielo de rosa y oro. "Maldita sea, ¿ya es tan tarde? Debería volver a la torre."