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El coleo morado (Posie)

Es el sexto aniversario de su cumpleaños número 22 y Josie está destrozada. Ha pasado el tiempo, pero no se ha vuelto más fácil.

Como resultado, ella está enyesada. Lamentablemente, como ha estado haciendo mucho eso  últimamente, realmente no hay nada para beber en su apartamento compartido.

No dispuesta a recibir  otra  multa de estacionamiento por conducir ebria  y,  finalmente, que le quiten la licencia de conducir, decidió caminar. Debido a que ha estado lloviendo durante  días , tendrá que usar las botas de lluvia verdes que le recuerdan tanto a su hermana. No sabe si está lista para una montaña rusa tan emocional.

Cerrando los ojos para minimizar el daño, se inclina y se los pone a ciegas. Hasta aquí todo bien. Con los ojos aún cerrados, se pone de pie y mueve los dedos de los pies. Eh. Son un poco ceñidos.

Sin embargo, es solo una caminata de trece minutos, por lo que decide soportarlo. Un poco más de dolor no hará mucha diferencia, después de todo.

Josie baja las escaleras andrajosas, porque no hay forma de que esté usando el ascensor chirriante donde los espejos de cuerpo entero son inevitables, y mira hacia afuera. Esta lloviendo otra vez.

Hace como para abrir su paraguas amarillo característico, pero no hay nada allí. Mira a su alrededor en su bolso y bolsillos. Tampoco hay nada ahí. Mira las escaleras, pero hay tantas . Su mano se contrae con un hechizo, pero no ha usado magia desde ese infalible cumpleaños. Sacude sus manos y suspira, resignándose a mojarse. No es como si una pequeña lluvia hubiera lastimado a nadie. Bueno, más allá de tener un resfriado, y no es que le importe un pequeño dolor de cabeza y algunos estornudos. Tendría una excusa para dormir todo el día. Eso sería sorprendente.

Cuando sale de su edificio, el olor a hierba, tierra y lluvia es tan fuerte que quiere revolcarse en él. Quizás más tarde, cuando sus inhibiciones sean bajas y su sangre sea tóxica.

El paseo hasta el supermercado pasa en un instante. A pesar del clima, hay mucha gente en las calles, gritando y corriendo por la carretera en busca de refugio. Es agradable. Es demasiado fuerte para escuchar sus propios pensamientos.

Pasa por una licorería, pero parece  muy cara. Girando a la izquierda, entra al supermercado. Una vez que atraviesa el umbral, niega con la cabeza, el agua salpica por todas partes. Una mujer de mediana edad con niños la mira mal. Josie sonríe para sí misma. Eso es algo tan de Lizzie para hacer. De hecho, Lizzie lo habría llevado mucho más lejos ... Pero no, no irá allí.

La cerveza es bastante fácil de encontrar, pero lo bueno, lo realmente bueno, está en la parte de atrás. En este punto, Josie podía entrar con los ojos cerrados y caminar hacia atrás e ir directamente a él, sin chocar con nada ni desviarse hacia otra sección de la tienda. De hecho, podría haberlo hecho una o dos veces, cuando no había comprado lo suficiente para desmayarse y tuvo que volver a llenarlo. Pero, bueno, esa es una historia para otro momento.

Con el objetivo en mente, Josie se dirige a la parte trasera de la tienda tan consciente de su entorno como se dirigía a la tienda. Aquí, sin embargo, una canción de amor de mala calidad llena el aire. Huele a pescado y productos horneados. Ella  lo prefiere mucho fuera.

Cuando llega a las bebidas, descubre que están fuera del Bailey's que realmente disfruta. Ella frunce el ceño, pero como  sea. Cualquier cosa servirá.

Toma un montón de las botellas más baratas, sin preocuparse por su contenido, siempre que tengan suficiente contenido de alcohol para que se olvide de sí misma.

Un mes después del problema de los gemelos Géminis  , Josie tuvo una rabieta. Está  segura de  que era Lizzie de alguna manera, protestando desde dentro de Josie. No tardó en descubrir que era fácil ahogarla con bebidas.