Esas semanas, me encontré revistas de cotilleos con fotos de Thomas y yo por todos los lados.
Algunas veces me seguían algunos hombres de la prensa, sobre todo cuando iba de turismo.
También me hacían preguntas sin sentido.
Un día, me llamo Thomas para ir a cenar.
Me dijo que me iba a buscar a las siete en punto, para ir al restaurante.
Eran las cinco y me empecé a arreglar.
Me duché, me hice una trenza hacia el lado derecho y me vestí con un vestido informal azul celeste.
Me maquillé solo un poco los ojos.
Cuando acabé eran menos cuarto, así que, decidí leer un poco hasta que Thomas viniera.
Cogí un libro de la estantería y comencé a leer.
A los diez minutos sonó el timbre, y abrí la puerta.
Era Thomas.
-Hola ______, estás preciosa-dijo él.
Él llevaba unos pantalines de traje negros y una americana azul marino.
-Tú también-dije.
Él sonrió y me cogió de la mano.
Nos dirijimos a su coche.
Me senté en el asiento del copiloto y él empezó a conducir.
Estaba pensando en decir algo, pero él se me adelantó:
-Vale, creo que al sitio donde vamos a ir te gustará
-¿Por qué?-pregunté mirándole a los ojos.
-Es una sorpresa-dijo con una sonrisa muy dulce.
Me quedé pensando en qué sería la respuesta cuando él puso la radio y sonaba "thinking out loud" de Ed Sheeran.
Me encantaba ese cantante y me quedé escuchando la melodía todo el rato
