Subimos al barco, de la mano, y era pequeño, pero elegante. Tenía una sala de estar y un pequño bar.
Me senté en el sifa con Thomas y él me miró a los ojos. Yo también le miré a él a los ojos, y asi estuvimos durante media hora.
-¿Por qué?-susurré
-¿Por qué, el qué ______?-dijo él acercándose a mi
-Por qué yo, y no cualquiera otra chica-pregunté
-Porque tú eres tú y con eso me basta.
Estuvimos hablando todo ese tiempo, riendo...
Al final, el barco llegó a su lugar de salida, y bajamos.
Me llevó a casa en su coche y algún que otro hombre de la prensa nos sigió. Esas personas iban haciendo fotos todo el rato.
Cuando Thomas me dejó en mi casa, me acercó a él y me beso. Por una vez, yo se lo devolví.
Cuando paramos, dije:
-Gracias Thomas
-No hay porque darlas, amor-dijo con una sonrisa
Entré en casa y mi tía estaba dormida en el salón, viendo una película.
Subí en silencio y me eché en mi cama, no podía dejar de pensar en Thomas, y en lo que me había dicho.