Coqueteos marca Midoriya

¿La (decisión) correcta?

—¡¡Por favor, por favor, por favor Midoriya!! —exclamaron los tres muchachos, que envolverían al joven al que le estaban rogando una y otra vez lo que ellos querían.

—C-Chicos por favor. E-Esto es algo muy excesivo. Y además, jamás haría algo tan depravado... —volvió a replicar Midoriya. Era la sexta vez en la semana que le pedían hacer lo mismo.

—¡Por favor Midoriya! ¡Jamás te hemos pedido nada! —replicó Kaminari, con las mejillas infladas.

—¡Es solo por un experimento social! ¡No hará ningún daño! —siguió Sero.

—Además, te ayudará con tus libretas ¿no crees? Como las reacciones de las chicas pueden alterar no solo su comportamiento, sino también su kosei. —explicó Kirishima, dando un punto válido.

—E-Ehhh... N-No lo sé chicos, esto puede acabar demasiado mal.

—Solo iras con cada chica de la academia, les dirás un coqueteo y luego grabaremos como es su reacción. ¡No hay nada de peligroso en eso! —explicó Sero, codeando al pecoso repetidas veces.

—P-Pero...

—Tranquilo, Midoriya. Sero escribirá coquetos por cada chica de la academia, tú solo los leerás, los aprenderás y se los dirás a ellas. ¡Así de fácil! —aclaró Kirishima con su misma sonrisa puntiaguda de siempre. Su tono de confianza y seguridad afectó un poco en la decisión de Midoriya.

—Vamos Midoriya, no seas aguafiestas...

El pecoso se quedó pensando unos instantes bastante largos: Él había tenido a los tres chicos rogando lo mismo desde hace días, y se notaba que lo habían estado planeando bastante bien. Según ellos, no lo pondrían en internet... pero la posibilidad de que fuera una mentira seguía estando allí.

No los conocía de mucho, pero sabía que eran de confianza... o al menos, Kirishima lo era. Izuku suspiró: Quizás era la única forma de dejar de que lo molestarán tanto.

—Está bien. Lo haré...

—¡¡Si!! —celebraron con los brazos levantados.

—¡S-Solo no lo suban al internet! No quiero que la gente se empiece a burlar de mí...

—Claro viejo, no somos monstruos.

Luego de esa respuesta, horas después en el cuarto de Kirishima...

—Oye, ¿lo vamos a subir a internet verdad? —preguntó Denki a Sero, mientras jugaba con un cable de cargador.

—Claro que sí.