Coqueteos marca Midoriya

Venganza marca Midoriya

¿Qué pasó? A Mina se le olvidó su celular en la mesa del restaurante.

¿Qué encontró? Una página estaba abierta, y con una pequeña checada descubrió algo interesante.

¿Que provocaron? La furia de Midoriya.

¿Qué ganaron...? Una venganza marca Midoriya.

(. . .)

—¿Debemos vendarnos los ojos para esto? —preguntó Denki, inseguro.

—Ustedes confíen, este truco de magia me lo enseñó Mrs. Joke. Créanme, es seguro. Ahora, véndense los ojos.

Los chicos se siguieron sintiendo inseguros por el truco de magia que Izuku los había invitado hacer en medio de la sala de los dormitorios. ¿Y si salía mal? ¿Y si alguien se burlaba? Sin más remedio—y con algo de desconfianza—, se vendaron los ojos los tres.

—Bien, ya nos vendamos. ¿Ahora qué...? —preguntó Sero, antes de sentir una clase de red enredando su cuerpo. No era una cinta suya, era una más gruesa y... Dolorosa.

—Ustedes confíen. Ahora los enredare a los tres, no se preocupen, solo es de las vendas que usa Aizawa-sensei.

—Esta bieeeen... Espera, ¿por qué se siente tan gruesa?

—Oh, solo las endurecí un poco con calor, para que no se caigan, ya saben.

—¿Caernos de dónde? —pregunto inseguro el pelirrojo.

—Del techo.

—¿Cómo que del...? ¡¡Techooooo!!

Antes de que pudieran preguntar, algo los había elevado hacia arriba, poniéndolos de cabeza. Las vendas se cayeron al suelo y se dieron cuenta que lo que tenían puesto no eran vendas, sino cadenas. Midoriya los miraba fulminante... Junto con todas las chicas de la clase 1-A.

—¡Midoriya! ¡¿Qué rayos es esto?! —exclamo Sero.

—¡¿Que qué rayos es esto?! ¡Más bien ¿qué rayos es esto?! —mostró su celular y la página de Midoriya estaba abierta.

La página tenía la imagen de Midoriya, con un rostro avergonzado y tratando de ocultarse la cara, y la imagen de fondo era una imagen claramente editada, donde se veía una foto de todas las chicas de la clase posando para una foto, y en medio de ellas, estaba Midoriya sonrojado.

La página tenia de título: "Coqueteos Marca Midoriya".

—Han hecho por más de tres meses, una página de coquetos conmigo, usándome como producto de venta, publicidad, fanfics, fotos, ¡y sabe qué más!

—Han usado a Midoriya para que coquetee con todas de nosotras, solo para su beneficio en sus redes sociales —regañó Yaoyorozu.

—¡¿Cómo supieron de esto?!

—Mina no sabe guardar secretos... —susurró Jirou.

—¡Lo siento chicos! —se disculpó la rosa a la distancia.

—Debí haberlo esperado... Mina, luego hablamos de esto —susurró Kirishima.

—¡Está bien, amor!

—¡Déjense de cursilerías en un momento como este! —exclamó Sero.

—¡Basta ustedes...! No puedo creer que confié en ustedes. Les ofrecí mis servicios para este "experimento social" ¡y ustedes lo que hacen es explotar mi imagen en una página de coqueteos para muchachas de trece años!

—¡Oye, lo sentimos! Pero ¿tan siquiera has visto los seguidores? ¡Eres famoso viejo! ¡Todo el mundo te conoce por esta página!

—¡No me importan los seguidores lo que importa aquí es...! —Midoriya no pudo evitar echar un ojo y se quedó en shock cuando vio la cantidad de gente que seguían la página.