Luego de ver desesperadamente los días del calendario semana tras semana y rogar al de arriba por tener más paciencia de la que le quedaba (así como las jefecitas y jefecitos), Shrignold finalmente se hallaba recuperado de sus heridas físicas, mas las del corazón aún seguían estando en duelo por aquella gran pérdida.
- ¡Vamos Shrignold! ¡El intento sesenta es el que nunca falla! -daba ánimos la pequeña mariquita a su paciente en su intento de volar nuevamente.
- ¡Ya lo veremos, Kipi! Jajaja ... ja ... -rio nervioso.
Acto seguido, se preparó para su siguiente intento: juntó las piernas, se inclinó ligeramente, extendió sus alas y empezó a correr tan rápido como sus piernitas lo permitían.
Corrió y corrió hasta llegar a una rampa en donde daría un gran salto para estrenar sus alas.
Y en efecto, en el intento número sesenta, Shrignold logra estar entre el viento y las nubes una vez más. Feliz por su victoria alcanzada, hace maniobras y piruetas pasando entre nubes más pequeñas, pasa sobre la copa de los árboles y huele la fragancia de aquellas flores nocturnas brillantes.
Se sentía libre otra vez.
- ¡Bravo Shrig! ¡Lo hiciste! ¡Nunca perdí la fe en tí! ¡Wujuuu! -Kipi lo felicitaba desde abajo dando brinquitos de alegría.
Regresando de su pequeño paraíso temporal, la mariposa vuela en dirección a la pequeña y le da un fuerte abrazo.
- ¡Gracias! ¡Muchas, muchas gracias! ¡Eres la mejor! ¡Te quiero mucho! -exclamaba estando al borde de las lágrimas.
- Aww yo también te quiero, Shrig. -decía correspondiendo al abrazo.- Ahora que oficialmente estás dado de alta ¿Estás listo para ir al instituto?
- ¡Sí, sí!
- ¿Seguro?
- ¡Sí!
- ¿Seguro segurito?
- ¡Sííí!
- Ay ya, no me grites.
- Uy perdona, pero son las cinco de la mañana ¿Estará abierto?
- Por supuesto, también incluye un horario nocturno, ya sabes, para quienes trabajan mejor de noche que de día, los artistas por ejemplo.
- ¡Qué bien!
Seguidamente, con ayuda de un guía que marcaba la ruta más segura y con menos ráfagas de viento, ambos compañeros emprendieron su vuelo hacia el instituto de Erosi. Y una vez estando frente al gran portón, los nervios de Shrignold aumentaron, aunque no sabía si eran de emoción o de temor.
Pov Shrignold
Era un lugar grande, muy grande, cruzando aquella nube, el cielo permanecía con su color azul oscuro, pero con tonos amarillos y vinos que alumbraban ciertas zonas, unas paredes hechas de nubes igualmente estaban lado a lado del portón, eran tan extensas que parecían infinitas, el suelo también lo era.
- Oye ¿Estás bien?
- ¿Ah? Sí, sí ... solo algo nervioso, es todo ... y el frío uff hace mucho frío aquí arriba. -dije mientras me frotaba los brazos con ambas manos.
- Por dentro es mucho más calentito, te lo aseguro.
- Eso espero, sino terminaré con ambas alas rotas. -de hecho, ya no sentía las piernas.
Tenía la duda de cómo íbamos a entrar por el gran cerrojo que la única entrada visible tenía, pero segundos después Kipi se inclinó de cunclillas hacia una soga que hacía sonar la campana, supongo que era el timbre.
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// ○•♡●° "Un Sueño Compartido" °●♡•○ // DreamLove
FanfictionUna tragedia a medianoche obliga a Shrignold a huir de su hogar hacia un rumbo desconocido. El camino lo guía hacia un extraño lugar, y para ser aceptado debe seguir todas las normas. Pero cierta lámpara aparecerá en su vida y cambiará las cosas. ¿Q...