ℂ𝔸ℙ𝕀𝕋𝕌𝕃𝕆 1

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-Me puedes explicar porque el?!
-No me hables en ese tono jovencita, tú sabes cuál es la ley, y si la ley dice eso, es porque yo la impongo y -empezo a usar su tonito- si yo la impongo tu lo que deber hacer es obedecerla y ejercerla como princesa!-
-Me incline sabiendo a lo que llevaría está conversación
-Quedó claro?-
-Si padre- susurré entre murmullos
-Que si quedó claro?!- está vez subiendo el tono de su voz
-Si majestad!- me incliné, di la vuelta derecha y me dirigí a mi habitación a hacer lo mismo que hago cada vez que se encuentra está conversación....ahogarme en mis penas leyendo.

No hay nada mejor en este mundo, tú tu libro y tus penas acompañandote como una sombra a plena Luz del día, una sombra que cada vez se hace más grande y más veloz que tus pasos, adelantándose a todo, a tus pensamientos, a los hechos y hasta a las demás personas...Simplemente no puedes detenerla, llega un punto en el que cobra vida y es ahí cuando las cosas se invierten. Tú eres la sombra y solo puedes seguirla, acompañarla, lo que ella piense será lo que tú pienses, lo que ella haga será lo que tú hagas, sin importar lo que pase debes ser como ella sin ninguna diferencia.

En fin, volvemos a los libros, alejándonos de la tal oscuridad que acabo de describir cómo si nada.

En mi habitación no queda más libros de mi interés, debido a que la mayoría los e leído por lo menos 14 o 26 veces, los leo desde que tengo memoria, desde mi infancia, dónde la única obligación que tenía era quedarme en mi habitación todo el día llenando mi cerebrito de puro conocimiento, eso era lo mejor, no habían reglas, deberes o básicamente cualquier cosa que lo incluya a el.

Por lo que primero y principal, no necesito un mini soldadito que me acompañe a cada lugar al que voy, soy MUY capaz de defenderme yo sola, segundo pero no menos importante, tampoco necesito que lleve mis cosas o mis piezas de estudio, el no es perchero mío, y por último y esencial NO QUIERO TENER A ALGUIEN SIGUIÉNDOME, ya tengo mi sombra y con eso es más que suficiente.

Si él desea servirle a alguien, que le sirva a su abuela (se que no es un vocabulario propio), yo no lo necesito.

Verdad sombrita?.

-Sí, querida.
(es lo que necesitaba oir)

A mitad de mis berrinches mentales apareció Gladis, la criada, básicamente un amor de persona, siempre está cuando la necesitas (y no lo digo porque nos sirva) y te ayuda sin condición alguna, aunque no esté dentro de sus posibilidades, es buena oyendo y nunca le cuenta nada a nadie.

-Disculpe, ¿Interrumpo algo?- se percató de que estaba sumida en mi universo-

-No, tranquila Gladis, no pasa nada- divagaba mi mirada hacia cualquier lugar que no fueran sus ojos, mientras jugaba con un mechonzito de mi cabello-

-Segura?- levanto mi cabeza para mirarla a los ojos, ella lo sabía todo-

-Tu ya sabes lo que sucede- baje la mirada hacia mis manos que estaban posadas en mis piernas-mi Padre y yo nunca estamos de acuerdo-

-Entonces, ve las cosas desde otro horizonte- eso sí me sorprende- talvez ese muchacho te haga buena compañía-

-Gladis!- subí la mirada rápidamente, estaba sorprendida de lo que ella decía-

-No me mire así, sabe que no lo hace para su desagrado sino para su bienestar- me observo con una mirada calida- solo deja que las cosas fluyan, déjate llevar-dejó sobre la mesita una bandeja con una copa de leche y dos galletas de avena, luego me guiñó el ojo y se marchó-

No entiendo que le pasa a las personas, no confían en su princesa? Si ellos creen que yo no me puedo proteger, como piensan que los protejeré a ellos?, Sinceramente no entiendo su lógica.

Me levanté de mi asiento, acomodé la silla y me dirigí hacia la biblioteca convencida de sumergirme en el mundo de la lectura y no dejarme llevar por mis rabietas mentales.

Bajé las escaleras, evitando cualquier contacto visual con cualquier persona, no necesito otro consejo de " tal vez te haga buena compañía" o " solo déjate llevar ".

Caminé, caminé y caminé asta llegar al mejor lugar de este castillo, la biblioteca, abrí las dos puertas paralelas y ahí me encontré con el mayor paraíso literario, libros, enciclopedias, novelas, historia, tooodo lo que quisiera estaba ahí, todo. Caminé rápidamente dicimulando mi impulso de coger cualquier libro y llevármelo inmediatamente a mi habitación, agarre dos a una altura alcanzable en la estantería de las novelas (mi favorita), tome uno de historia (nunca esta de más aprender que hacían nuestros antepasados) y me dirigí derechita a la zona de biología, necesitaba algunos para terminar unos estudios.

Resulta que justamente el libro que necesitaba está en la décimo cuarta o décimo sexta repisa de la estantería, obviamente no la alcanzaría, con falsa fé acerque una silla para poder alcanzarlo, pero mis esfuerzos fueron en vano, intentando dar saltitos un guardía se me acercó para ofrecerme ayuda, yo simplemente me hice la sordomuda he intenté alcanzar el deseado libro con mis saltitos, imaginando que el guardia se crea que no lo escuché por mi altura (que no es tanta porque es una silla... ay de mi), el muy caballeroso repitió en voz alta:
-majestad, necesita ayuda?- me ofreció la mano para apoyarme.

En instinto voltee rápidamente por su tono de voz y no me dió de otra que seguirle la corriente.

-Hola, si gracias- tome su mano y baje de la silla- necesito aquel libro-se lo señalé- el que dice "anfibios"-el guardía, que era como 5cm más alto que yo, sacó su espada(sin quitarle la funda) y con esta logro aflojar el libro para que cayera, lo atrapó y me lo dió.

-Aqui tiene majestad- lo dijo con una delicadeza.

-Gracias, señor...- lo dije en manera de conocer su nombre.

-Rogers, su majestad- inclinó la cabeza como si fuera a arrodillarse, pero no lo hizo, este señor está nervioso o qué?

-bien?-intente alejarme de manera cortéz- pues, gracias por su ayuda, ahora yo me dirigo a mi habitación, feliz tarde-

-Feliz tarde- no dejaba de mirarme, que vergüenza.

Por lo menos no estaba a vista su rostro, solo se le veian sus ojos en la inmensa oscuridad del agujero del casco de su uniforme.
...
...
...
Regresé a mi habitación con cuatro libros listos para ser leídos, me acerque a mi pupitre dónde había dejado las galletas y me sumergí en el primer libro que abrí, el de los anfibios, recordándome ese momento amargo y vergonzoso con ese guardía, era nuevo? Porque estaba tan nervioso?, Fui grosera? Debí ser más comprensiva?, Bueno nunca obtendré la respuesta a esas preguntas así que seguiré con mi lectura.

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HOLA SOLECITOS🌞
Espero les guste lo que escribí, me estoy esforzando mucho en la narrativa y participación de los personajes.
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-TERRACOTA- (Escribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora