Narra Melissa:
Despierto poco a poco desorientada, cubro por inercia mis ojos hacia la luz que está sobre mi rostro. De pronto es cubierta por alguien o algo, mi visión aún es borrosa pero nota por fin quien está cubriéndome de la luz y es chico.
Sus ojos son avellanas, mientras que su nariz está casi perfectamente perfilada y su cabello castaño largo y rizado hasta sus hombros.
Me siento asustada mientras que me alejo del chico con rapidez y el de se asusta por mi actitud tan repentina.
Observo mi brazo al sentir algo que cubre mi muñeca y me doy cuenta que tengo una especie de pulsera e intento quitar una desesperada y el chico se acerque a mí con rapidez, me acorrala en la pared y sostiene mi brazo.
— ¡NO!. —lo observo asustada—Daño...daño si lo intentas. —me advierte preocupado mientas que habla con dificultad.
— ¿Cómo lo sabes?— pregunto a la defensiva.
—I-igual. —levanta su brazo derecho y me muestra la misma pulsera.
— ¿Dónde estoy?—preguntó asustada y él se aleja de mí un poco mientes que suelta poco a poco mi brazo.
—Hogar...mío.
Lo observo furiosa por su respuesta.
— ¿Por qué me trajiste aquí?—Golpeó su pecho— ¿Qué es lo que vas hacerme?—lo enfrento furiosa y en la sostiene mis muñecas, evitando que yo lo golpee.
—Yo traerte traje aquí. —coordina al hablar confundido.
— ¿Entonces si no fuiste tú quien fue?
Señala el pequeño altavoz que está en el del techo, en la esquina en una esquina de la habitación.
— ¡Debes haberlo visto!—pasó la mano por mi rostro frustrado—Seguro tú...tu ¡Eres su- su ayudante!— lo acusó mientas que lo señaló furiosa.
—No había. —Juega con sus manos—Haber visto a alguien nunca. — me dice nervioso.
"¿Ni siquiera este chico sabe hablar bien?"
— ¿Cuánto tiempo exactamente?—ladea su cabeza sin entender lo que preguntó.
—No entiendo. —Se queda en silencio unos segundos y se levanta hacia una de las paredes—Cinco...diez.
Me levanto confundida y me acerco hacia la pared y veo muchas rayas como si estuviera sacando la cuenta.
— ¡Detente!—voltea a verme confundido —Ya entendí llevas tu. —Lo señalo —Mucho tiempo aquí.
—Me llamó... 365. —dice con dificultad mientras que extiende su mano con timidez.
Lo observo con desconfianza mientras que el me ve con nerviosismo pero intenta sonreírme.
—Me llamó Melissa. —digo no muy convencida.
Limpio mis lágrimas y observo a nuestro alrededor buscando una potencial salida, al ver la puerta principal me levanto con rapidez mientras que me dirijo a ella y asusto 365.
— ¡NO LO HAGAS!. — me advierte y al tocar la puerta siento como la electricidad proveniente del brazo con la pulsera recorre mi cuerpo.
Caído al suelo al instante y siento como cada músculo de mi cuerpo se tensa, me es imposible gritar pero algunas lágrimas de dolor recorren mi rostro, esa sensación recorre mi cuerpo por unos segundos largos mientras que tiemblo.
Por suerte mi cabeza no chocó con el piso si no que mi cabeza que sobre los músculos de 365.
Cuando se detiene el dolor lágrimas recorrer mientras rostro, lo cubro con mis manos evitando que él me vea llorar.
Lloro de impotencia puede sentirme angustia y desesperada de este lugar desconocido para mí.
Si tan solo hubiera elegido otro día para escaparme de donde vivía nada de esto me estaría pasando.
Lo peor es que este chico piensa que este lugar puede es su hogar pero para mí es una cárcel, me aterra lo que es el hombre o este chico que está aquí podrían hacerme.
—T-tranquila. —alejo en mis manos poco a poco de mi cara—Siempre primera vez ser...es peor. —me dice con timidez inclinando su cabeza hacia abajo y al instante nuestras mirada se conectan.
Por qué todavía no me creo del todo que su nombre sea un simple número ni mucho menos que no haya visto una persona nunca, quizás podría ser una extraña fantasía que puede tener mis secuestradores.
Se me viene a la mente la imagen te como me secuestraron, tan solo recordar como gritaba para que alguien me escuchara y nadie lo hizo. Antes de recibir un fuerte golpe en la cabeza dejándome semiconsciente.
Toco mi cabeza por instinto y siento como parte de mi cabeza un poco está hinchada, pero que está cubierta por una gaza.
— ¿Estar bien?—pregunta el chico preocupa mientras que yo me levanto de sus piernas y me siento esquina de la habitación, lo más lejos de él.
Abrazo mis piernas y recuesta mi cabeza en los encima de mis rodillas.
—Quiero irme a casa. — susurro con dolor.
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Bajo el mismo techo
Teen Fiction¿Qué sucedería si un ser humano durará sus primeros años de vida sin ninguna interacción humana? Fue la pregunta que me hice, los seres humanos somos seres sociales que buscamos la constante interacción con los otros, no sólo por la preservación de...