-Mariana, ¡Mariana!-una voz femenina sacó de sus pensamientos a la joven.
-¿Si, mamá?-respondió la menor mientras se quitaba los audífonos.
-Despierta a tu hermana, ya estamos por llegar, hija-le dijo la madre mientras la observaba por el espejo retrovisor.
Aquella joven de cabello rubio jaló a su hermana mayor del brazo tratando de despertarla, pero no había caso, la chica estaba en un profundo sueño. Soltó un pesado suspiro al ver que su acto de querer despertar a su hermana no funcionaba. Era una chica bastante paciente y tranquila, pero sabia que el ser paciente no era algo que se pudiera cuando su hermana se encontraba dormida, porque aunque se le tratara de despertar con toques algo bruscos o palabras ella continuaba durmiendo. Esta chica tenia un sueño bastante pesado.
No hay caso con ella...
Pensó la joven entornando sus ojos.
Se acercó a su hermana y tomo una gran bocanada de aire.
-¡T/N DESPIERTA YA CASI LLEGAMOS!-le dijo casi gritando en la oreja a su hermana.
La c/p (color de pelo) abrió sus ojos dando un respingo del susto que le había provocado el grito de su hermana.
-Ya llegamos-habló la madre de las chicas.
-¡Llegamos!-exclamó la c/p mientras sonreía.
Apegó su cara a la ventana del auto observando el extenso campo perteneciente a sus abuelos. Ella adoraba visitarlos, pues ella había vivido un tiempo con ellos de pequeña. Aunque no recordara del todo su infancia, tenia algo por seguro, este lugar había sido el mejor en el que había vivido alguna vez.
-T/n, no salgas corriendo cuando detenga el auto, ¿si?, ya no eres una niña, tienes 18 años, compórtate como tal, hija-le dijo la madre mientras estacionaba el auto.
A penas la mujer detuvo el vehículo, la chica abrió la puerta del auto mientras corría hacia la entrada de la casa de sus abuelos. La madre solo soltó un suspiro sin decir nada.
-Creo que ella nunca cambiara-dijo la menor mientras reía.
La puerta se abrió dejando ver a una señora de mayor edad, antes de que aquella mujer pudiese saludar, t/n la abrazó. Esto no molesto en lo más mínimo a la señora, al contrario, ella correspondió con una sonrisa.
-Mi querida t/n, mi niña, ¡Cuánto te extrañé!-exclamo la señora plantando besos en la mejilla de la chica.
-¡Yo también abuela!, ¿y el abuelo?-le pregunto separándose.
-Ah, él salió a comprar a la ciudad, pero vendrá más tarde mi niña-le sonrió. Luego fue a saludar a la demás invitadas.
Narra t/n
Cuanto extrañaba este lugar...
Camine dentro de la casa, esta tenia un olor familiar, era muy agradable. Sin dudarlo, subí las escaleras llegando al segundo piso, me dirigí a la que era mi antigua habitación y entre. Mire sorprendida como no había cambiado nada, todo seguía igual, excepto por la cama, ya que antes había una cama pequeña ahora era una de dos plazas. Ellos habían acomodado este lugar para mi, y lo que era mejor, lo dejaron casi exactamente como era antes.
Me acerqué a un estante y tomé entre mis manos un muñeco, era el que tenia de niña.
Es increíble, a pesar de todos estos años sigue tal cual era antes.
Lo apreté contra mi pecho y recordé algunos momentos en lo que jugaba con este muñequito. Sonreí y salí de la habitación para luego bajar las escaleras. Buscaba a mi abuela, quería darle las gracias por mantener todas mi cosas donde las deje antes de irnos con mi mamá y mi hermana.
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Entre el maizal (zardyxt/n)
FanfictionCerré los ojos adentrando mi cabeza a la casa mientras cerraba la ventana. Me alejé de ella y caminé hacia las escaleras, pero antes de subir el primer escalón por alguna razón gire mi cabeza hacia la ventana. Y allí estaba, a la lejanía, podía ver...