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El invierno ya se sentía en cada metro cuadrado de la ciudad, llevándose a su paso las festividades decembrinas, las cálidas altas temperaturas y la temporada vacacional.

El nuevo semestre en la céntrica universidad de artes ya iniciaba hace una semana, junto un azabache Hwang Hyunjin queriendo llorar por su mala suerte al no estar haciendo gala de un buen horario que coincida con el de cierto pequeño rubio al que llamaba mejor amigo.

Pequeño rubio que, además hacer vibrar hermosamente cada nota saliente de su garganta con una gracia, facilidad y belleza impresionante, hacía vibrar sin darse cuenta el corazón de Hyunjin en sentimientos cálidos, abrazadores y hermosos; incluso en invierno.

Inevitable. Eso era simplemente inevitable para Hyunjin quien lo observaba divertido en la entrada. Pues el verlo allí desde el pasillo, apurado y correteando como un cachorro a tempranas horas de la mañana con toda la energía del mundo, usando un gran abrigo lavanda que cubría parte de su rostro, sus delicadas manitas y que le llegaba casi a la altura de sus bonitos muslos cubiertos por un pantalón negro le dejaba sin aliento.

Verlo tan feliz y agitado lo hacía sentir eufórico por igual, ahuyentando con su simple existencia cualquier signo de cansancio o tristeza y cambiándolo por una mirada de ternura extrema.

¿Cómo alguien de su edad puede ser tan tierno y precioso?

Por su mirada se notaba que se encontraba en búsqueda de alguien sin éxito alguno. Con sus mejillas  pecosas y nariz enrojecidas por el frío y la carrera y su mirada de un lado a otro como la de un cachorro en un viaje en auto. Adorable.

Hyunjin decidido iba a acercarse al rubio. Tal vez saludarlo con un abrazo efusivo aunque le haya visto el día antes de ayer y un besito en la frente de esos que lo dejan avergonzado y sonrojado, y después ayudarlo con lo que sea que esté buscando tan arduamente. Pero, como bien dijo, iba.

— ¡Yeji-Noona! — Exclamó el menor bastante alto y subiendo sus brazos, haciendo que su abrigo cubra aún más su rostro y más de una persona voltee a observarlo con miradas enternecidas.

Y Hyunjin fijó su vista a donde este volvió a corretear con sus bracitos cubiertos revoloteando ahora mucho más alegre. Descubriendo con ojos entrecerrados y mirada filosa a la japonesa rubia oxigenada, quien a ese momento solo hablaba más cerca de lo que le gustaría con su amiga, la cual si no se equivoca recibe el nombre de Shin RyuJin.

Ella si le cae un poco mejor a Hwang.

Y los dos chicos cambiaron sus muecas, el rubio por una feliz al encontrarse por fin con su novia y el azabache por una malhumorada y enfadada por culpa la misma chica.

Siempre ella.

Siempre, culpa, de ella.

Ñiñiñi, Yiji-Niini, ñiñiñi.

Yeji Lucy Hwang. La novia de su mejor amigo desde hace doce semanas y cinco días. Luego de varios meses donde un embobado Lee Felix intentaba con todo su optimismo y corazón de nube conquistarla; mientras Hyunjin sólo se ocupaba de animarlo con su crush, darle sus adorablemente pedidos consejos de buen hyung y ayudándole con cosas románticas y planes para citas.

Planes que Hyunjin deseaba con todo su ser ocupar con Felix.

Loco. Hwang Hyunjin estaba simplemente loco de amor por el menor. Desde aquel hermoso día en que lo ayudó a guardar sus pesados libros en su casillero, enamorándose hasta las raíces de su sonrisa y ojos alargaditos; y este le pidió entre adorables balbuceos el ser mejores amigos para siempre.

Pero la triste realidad era que el mismo dueño de su corazón solo lo veía como eso: su mejor amigo. Además de ser heterosexual y estar noviando con una chica que solo lo dejaba de lado.

stole him | hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora