Dejaron de hablar y se dirigió hacia mi. Iba andando con las manos en sus bolsillos y su mirada baja, su rostro estaba tenso, pensando en nada y a la vez en todo. Cuando llegó, se sentó a mi lado.
-¿Algún problema? –Le dije dedicándole una sonrisa.
-No, solo son tonterías. –Dijo intentando devolvérmela, pero no era una de las suyas sinceras.
-Puedo ayudarte, lo sabes.
-Son solo tonterías, Ari, déjalo pasar.
¿Me había llamado Ari? ¿Y el típico ‘Rising´ que solía salir de su boca para referirse a mi?
-Eddie, somos amigos, tú mismo lo dijiste.
-Ari, no pasa nada ¿vale? –Dijo algo mosqueado.
Lo había vuelto a hacer.
-Está bien, cabezota. –Dije entre dientes.
-Voy a ir a comprar algo al kiosco, ¿te vienes? –Dijo algo serio y aún con las manos en los bolsillos se puso de pie.
-Ya he ido antes, te espero aquí.
-Vale. –Dijo mientras avanzaba hacia el pequeño establecimiento.
Saqué mi móvil y me puse los cascos, una canción al azar empezó a sonar, mientras tanto me dediqué a beber el refresco que había comprado anteriormente.
A pesar de estar concentrada a la pantalla del móvil, un sonido de fondo captó mi atención.
La serpiente de Bea se había topado con Eddie mientras este se dirigía hacia el kiosco y le estaba sonriendESPERA ¿BEA ESTABA SONRIENDO A EDDIE? Viniendo de ella no me esperaba nada bueno y mucho menos cuando nos había visto a mi y a él juntos, también estaban hablando sobre algo, joder, ¿qué sería?
Qué pena que este banco esté tan lejos
Intenté alzar los ojos lo más que pude o escuchar algo, sin embargo era imposible, desde aquí no se escuchaba ni un huracán que estuviera a tu lado.
Estúpido banco.
Pero la cara de la serpiente cambió justo cuando el chico le dijo algo, borrándole la sonrisa de idiota que tenía, algo que me alegró muchísimo pero que a la misma vez me hacía curiosear.
¿Pero por qué ostias tiene que estar este banco tan lejos? estúpida curiosidad, me está matando.
Bea puso cara de asqueada y se retiró de su lado, cómo si no hubiera conseguido lo que quería, le gritó algo a lo lejos, pero nuevamente este banco no ayudaba.
El chico, tras comprar una bebida energética, se volvió a dirigir hacia mi.
Su cara volvía a estar tensa, incluso sus brazos algo marcados, parecían que iban a estallar. Fuera lo que fuera que le pasara a Eddie, no era algo bueno.
-¿En serio que estás bien? –Le dije algo preocupada.
-¿Por qué no iba a estarlo? –Dijo rascándose la nuca.
-Antes me has llamado Ari. –Le dije directa.
-¿Y?
-¿Cuándo me has llamado tú Ari, Eddie?
Se revolvió el pelo, cómo si estuviera pensando la respuesta, aunque en el estado en el que estaba, ni si quiera se podía intuir lo que pensaba.
-Habrá sido sin querer…
-Antes has hablado con… ¿Bea? –Dije algo asqueada al pronunciar el nombre de la serpiente.
-¿Me estás espiando o algo, Rising? –Dijo marcando bien mi apellido.
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Autobús.
Random- ¿Quién diría que un autobús iba a unir la vida de dos personas tan distintas? -