🃖

27 5 6
                                    

Salí corriendo lo más rápido que pude de esa habitación, cubriendo mis oídos fuertemente con mis manos. Me sentía completamente saturado, mis sentidos se fueron a la puta mierda en el momento en el que me puse en pie. Al hacerlo sentí como el suelo empezaba a moverse bajo mis pies. Los oídos me pitaban, veía borroso, y sentía que me faltaba la respiración. Y, a todo esto, le sumas que todo olor que me llegaba era a puro alcohol y tabaco, y ya me estaba dando hasta náuseas. Busqué otro cuarto alejado de en el que estaba el comisario ruso y entré a este, cerrando la puerta con pestillo para que nadie pudiese molestarme mientras desahogaba mi rabia y tristeza allí dentro. Me tiré a la cama y comencé a golpear fuertemente con los puños cerrados el colchón y la almohada hasta que me quedé sin fuerzas para continuar y caí tirado en la cama. En ningún momento había dejado de llorar, solo cambiaba el motivo. Hace segundos, era por la rabia contenida que tenía. Ahora, era nada más y nada menos que por las palabras de Volkov, que rondaban por mi mente. No solo las de hoy. Las de los últimos años.

De verdad me sentía más perdido que nunca, además que, sumándole el estado de embriaguez en el que me encontraba, era todavía más confuso. ¿A quién debería creer?

¿A Gustabo, quien me había aconsejado durante toda mi vida y me había ayudado a sobrevivir en tiempos complicados?

¿A Volkov, quien era el amor de mi vida y me había hecho sentir el chico más amado del planeta, apoyándome en todas y cada una de mis decisiones?

¿Es que no tienes tu criterio propio?

A veces deseaba no tener conciencia. Me jodía bastante.

Cubrí mi rostro con la almohada que anteriormente había apalizado sin piedad ninguna, mojando esta con mis lágrimas y ahogando mis sollozos en esta. ¿Yo me merecía toda esta mierda? ¿De verdad? Me estaba deprimiendo más de lo que tenía previsto. ¿Cómo podía ser tan estúpidamente débil? Puto amor, puto Volkov, putos sentimientos, y puta vida. Apreté la almohada contra mi rostro, sintiendo como esta me cortaba la respiración. Cuando sentí que no podía más, la retiré de mi rostro. Tampoco me quería morir de esa manera tan estúpida. Menos aún sabiendo que había una mínima probabilidad de que el primero en encontrarme fuese Viktor. Y no quería cargarle el peso de mi muerte. Me incorporé, recuperando el aire que había perdido para calmar mi respiración y devolverla a la normalidad.

Me prometí no creer las palabras de nadie a partir de este mismo día y que, si alguien quería corroborar algo, que hubiesen más que palabras. Acciones, hechos.

Sí, eso es lo que haría a partir de ahora.

Pero, espera- Mi dilema sobre quién decía la verdad y quién mentía seguía igual. Porque habían hechos que corroboraban lo que decía Gustabo sobre Volkov, y lo mismo al revés. Mierda, de verdad no podría librarme de esta con nada, tenía que elegir yo. A mi criterio, y joder. Yo no tenía de eso. Me di una bofetada a mi mismo y traté de retirar todo rastro de lágrimas en mi rostro para después levantarme de allí y salir, yendo nuevamente abajo, con todos.

Utilicé mi sonrisa más falsa para pasar frente a mis amigos, saludando a cada uno en el proceso. Hasta que, un extrañamente sonriente Conway me tomó del brazo.

-Cuéntamelo.- Dijo sin más. Yo le miré extrañado.

-¿A qué se refiere?-

-Todo. ¿Estás con el EMS? ¿Por qué lloraste? ¿Tiene que ver con lo que pasó allí arriba con Volkov?-

Me sorprendí bastante, ¿cómo cojones se había enterado de lo que acababa de pasar hace menos de media hora? Continué mirándole, esta vez fingía mi extrañamiento.

-No, no estoy con Claudio, ¿por qué piensa eso? Y, frente a Volkov, repito que no sé a que se refiere, hoy solo le vi al momento de estar bebiendo con los demás.- Continuaba haciéndome el tonto, pero parecía no creer nada de lo que yo decía.

-Vamos a hablar sobre esto mejor a otro lado. Tira para arriba anda.-

Suspiré, mis intentos de ocultar todo esto habían fallado y ahora por cojones tenía que contarle. A la mierda todo, quería llorar otra vez. Acompañé a Conway a la habitación de donde había salido apenas hace unos minutos y me senté en la cama. Este cerró la puerta y se sentó a mi lado.

-Horacio, no sé exactamente que habrá dicho Volkov, pero ya te digo yo de adelantado que te ama. Nunca dejó de hacerlo, no me lo ha dicho pero lo sé, le conozco, es todo un puto teatro. Tanto de su parte como de la tuya, ¿Por qué coño no habláis y arregláis las cosas? Estáis destinados a estar juntos, lo sabes.-

No pude contener más y dejé mis lágrimas caer silenciosamente.

-¿Y por qué me dejó? Es decir- él, él me dijo algo así de que lo hizo por mi bien, creo.- Hablaba con total sinceridad, total, ya no podía esconder nada.

-Es un inseguro de mierda. Por eso lo hizo, probablemente quería alejarse de ti por algún pensamiento suyo.-

-Pero... No tenía que hacerlo, yo le necesito, él lo sabe, igualmente me dejó.-

-A veces las personas toman decisiones equivocadas, eso no quiere decir que un error no se pueda solucionar. Habla otra vez con él y escúchale, está peor de lo que te imaginas.-

Asentí y limpié mis lágrimas.

-Lo haré... Pero no hoy. No puedo más, Conway.-

Este me abrazó, no me lo esperaba pero correspondí. Me era completamente necesario y viniendo de él me hacía sentir algo mejor.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 22, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ʟǟʊɢɦɨռɢ օռ ȶɦɛ օʊȶֆɨɖɛ, ƈʀʏɨռɢ օռ ȶɦɛ ɨռֆɨɖɛ. - ʋօʟӄǟƈɨօDonde viven las historias. Descúbrelo ahora