CAPITULO 1

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Violet

- Debes cuidar a Jeffrey por unas horas, la señora Motgomery dice que necesita mi ayuda con algo y me pidió específicamente que no lleve al “monstruito ruidoso” conmigo. – me pidió mamá.

- ¿Porque la nombras así? En realidad no eres su sirvienta, ni siquiera está aquí.  – respondí.

- ¿Tienes siempre que reprochar todo? – trató de acomodar un mechón suelto de mi cabello pero me alejé haciendo que suspirara. –Solo confórmate por favor.

Me tendió el bebe en mis brazos.

- No tengo opción asique...

- No, no la tienes  - cambio su expresión de seria a sonriente- Nos vemos luego, cielo.

Besó delicadamente a Jeff en su frente y salió de la habitación.

- No eres tan malo – le dije a mi hermano aun sabiendo que no me entendía – de hecho, sin ti, me moriría de aburrimiento.

- ¿Cómo podrías morirte si ya estas muerta?

Mire hacia la puerta, y vi  a María, la más joven de las dos enfermeras que murieron aquí. Empecé a hablar con ella hace poco, aún cuando seguía siendo perturbador para mi ver su siempre ensangrentado cuello. Agradecí mentalmente no haber muerto de una manera en la que mi sangre jamás se vaya.

- Tu siempre atacándome con tu lógica. – le dije con una sonrisa.

- ¿Qué quieres que diga? Yo era una destacante estudiante de medicina, no estoy muy acostumbrada a expresiones ridículas.

- Lo sé, es solo que yo era y sigo siendo una adolescente algo inmadura, no suelo medirme con las palabras.

- Vale, ¿me dejas cargar a tu hermano? No cargo un niño desde que fui a hacer esas pruebas en el hospital, me encantaba hacerlo.

- Bien... – se lo di y ella automáticamente sonrió.

- Es bellísimo – dijo – se parece mucho a ti, Violet.

Le sonreí, y de repente escuche que se abría la puerta principal y al parecer no era una alucinación ya que note como el rostro de María también estaba mostrando una expresión de sorpresa, y como no hacerlo ya que si se abría la puerta principal solo significaba una cosa.

Otra familia estaba aquí para mudarse.

Ha pasado unas 7 veces desde que morí, la primera, obviamente la familia de Gabe, quienes fueron ahuyentados por todos los de aquí la primera noche de su estancia.

Después llegaron otras familias que no se quedaron tampoco mucho, y gracias a ello nadie más murió y se unió a nosotros.

Me hubiera gustado correr con la misma suerte. Pero gracias a Tate...

Oh, Tate.

- ¿Violet? ¡VIOLET!

Parpadee un poco para volver a la realidad.

- Lo siento.

- ¿Qué rayos? Te quedaste ahí como estatua mientras yo te gritaba que salgamos de aquí, la familia acaba de pasar por aquí, idiota.

- Lo siento, estaba demasiado concentrada en mis pensamientos.

- Agradece que ambas estábamos invisibles para ellos.

- ¿Qué agradezca? ¡Habría sido mejor! Tienen que irse, tienen que irse como todos los demás o correrán con nuestra suerte.

- Se irán, tarde o temprano como todos se irán, no ha ocurrido una muerte aquí desde hace 7 años, y eso debería ser un record, dramática.

Para tener pinta de enfermera dulce tiene un carácter de mierda.

- Ya sé, solo... ¿Cuántas personas son?

- Una pareja, una niña de unos 8 años y un chico.

- ¿Un chico?

- Sabía que él te llamaría la atención más que los demás.

- Solo pregunto, ¿Cómo qué edad tiene ese chico?

Ella soltó una risita y se dirigió a la cuna para dejar a un dormido Jeff en esta.

- Tiene como tu edad. Y déjame decirte que es muy lindo.

- Tonterías – bufé.

- ¿Qué? Para ti solo es Langdon, ¿no?

- ¿De qué hablas?

- Oh por el amor de Dios, sigues enamorada de él.

- Lo he olvidado completamente cuando me enteré  de la clase de persona que es, ¿no lo recuerdas? Violó a mi madre.

- Entonces, ¿lo has olvidado completamente? lo

- Si. – la mire desafiante.

- ¿Te importaría probarlo?

¿Qué rayos?

Dijiste que me vaya. [t.l]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora