CAPÍTULO 2

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- ¿Te importaría probarlo?
¿Que rayos?
- ¿A que te refieres? - le pregunté sin disimular mi confusión.
- No se, a que te presentes con el chico, le hables, le sonrías, no se... Hablo con Tate a veces ¿sabes? Y me gustaría verlo explotar un poco. -dijo soltando otra risita.
No supe como responder a eso así que solo rodee los ojos y me di la vuelta para ver a Jeff - Estas loca.
- Todos aquí lo estamos -dijo obvia. -La cosa es quienes están mas locos que otros, asique dime ¿estas lo suficientemente loca como para volver a hablar con alguien vivo aun sabiendo que puede ocurrir lo mismo que la ultima vez?
Dios, y yo soy la dramática.
- Bien, ¿quieres que hable con ese chico? Lo haré, al fin y al cabo, estoy segura de que Tate ya nunca mas se me acercará.
Wow, pensarlo es una cosa pero decirlo en voz alta... Si que duele.
- Pretextos, pretextos. -dijo ella.
De repente vimos como se abrió la puerta de golpe.
- ¿Te gusta esta habitación, Mike? -dijo el primero en entrar, supongo era el padre.
Y seguido entro el, mi futuro amigo.
Era alto y, no desmentiré a María, si era apuesto, con el cabello un poco largo y atemorizantemente negro, ojos verde opaco, creo. No se si existe esa tonalidad de verde pero sin duda eran verdes y opacos. Llevaba un cigarrillo entre sus labios (lo que me hizo pensar que complementaba su estereotipado aspecto de chico "malo"), pero se lo quitó y habló:
- Tiene una cuna. -dijo señalandola sin saber que esa cuna también tenia un bebé.
- Podemos quitarla y...
- Quiero la de allá. -lo interrumpió mientras señalaba mi antigua habitación.
Al parecer no solo su aspecto era arrogante, también su carácter.
- Bien, hijo. Vamos. Traigamos tus cosas. -dijo palmeando la espalda de Mike.
Apenas se cerró la puerta María empezó a hablar:
- Santo Dios, ¡Es mas apuesto de lo que vi!
- ¿Mike?
- No, ¡Su padre! -yo la miré confundida- aunque me vea de vuestra edad, no lo soy ¿bien?
Pero actúas como si lo fueras -quise decir-.
Volvimos a escuchar pasos en el pasillo y en la -ahora- habitación de Mike. Seguido escuchamos como acomodaban cajas y algunos muebles.
Vimos un poco de la puerta de donde estábamos pero solo estaba el padre bajando ya las escaleras, así que volvimos a entrar.
- ¿Cuánto tiempo crees que duren? -me preguntó ella.
- No lo se, ¿una semana? ¿dos?

- ¡SALDREMOS CON TU MADRE A TRAER ALGO DE CENAR, VOLVEMOS EN MEDIA HORA! -se escuchó un grito desde el piso de abajo.
- ¡BIEN! -fue la respuesta única del chico, que estaba en su cuarto.
- Pff, que sínico es. -dije resoplando.
- ¿Te recuerda a alguien? -la mire de mala gana- creo que se llevaran muy bien.
De nuevo escuchamos que se abría una puerta, luego pasos, y despues se abría otra.
- Supongo que quiere investigar la casa. -dije.
- ¿Echamos un vistazo? -respondió emocionada.
Abrimos nuestra puerta y apenas lo vimos, volvimos a cerrarla, yo perturbada y ella divertida.
María no paraba de reír mientras miraba mi traumatizada cara - ¿Asique eso es lo que hacen los jóvenes cuando sus padres no están en casa? ¡Van al baño con la puerta abierta! ¡Oh, que rebeldes! -seguía riendo.
Yo solo maldije de que la puerta del baño se viera directo desde la nuestra. Que asco.
- Repugnante.
- Gracioso -ella replicó.
Escuchamos el sonido del agua, una señal de que ya saldría del baño.
Y ella me empujo hacia la puerta.
- ¿Que demonios haces?
- Ya saldrá, ¡Rapido, VE A SU CUARTO! ¡No estan sus padres, es un buen momento para conocerse!
- Pero...
- ¡AHORA! -me sacó del cuarto y cerró la puerta.
Empecé a escuchar pasos así que me decidí -terminemos con esto- y rápidamente entre a su cuarto y me senté en su cama, la luz estaba apagada así que no podía ver casi nada.
Se abrió la puerta y me preparé para que encendiera la luz, pero no lo hizo, ni siquiera me notó, supongo que estaba tan metido en sus pensamientos que no se le ocurrió revisar si alguien en menos de cinco minutos había entrado a su habitacion. Descuidado.
Vi que se sentó en el rincón de su habitación y luego nada, silencio, silencio, silencio. Si seguía así podía irme y decirle a María que lo olvid...
"True friends lie underneath,
these witty words I don't believe
I can't believe a damn thing they say, anymore..."
Oh. Santo. Dios.
Que voz.
Me olvidé de todo mientras lo escuché cantar su canción, su perfecta canción.
"So tell me how does it feel,
how does it feel to be like you?
I think your mouth should be quiet
Cause it never tells the truth..." Con el silencio pude sentir cada acorde, cada pequeño sonido que hacia el y su guitarra, cada parte en la que sentía que cantando esa canción le estaba entregando su corazón al vacío.
"Come down, come down from your tower"
Y cuando terminó, lo único que quise hacer era pararme y aplaudirle hasta que mis manos sangraran, pero me contuve. El ni siquiera sabía que yo estaba aquí.
Se oyó la puerta principal abrirse, y pasos de tres personas en la casa.
- ¡TRAJIMOS LA CENA, BAJA MIKE! -Escuche el grito de su madre. Ya sabía de quien había sacado tan angelical voz.
- ¡VOY!
Oh, mierda.
Se paro, y dejo su guitarra en el piso. Para luego levantar su mano y encender el interruptor.
Se dió la vuelta y ahí estaba yo.
Sus ojos se salieron de órbita, como asustados, como decidiendo que hacer.
- ¿Que demoni... - antes de que continuara me pare y extendí mi mano.
- Hola, soy Violet. -y le sonreí.
Por fracción de segundo seguía asustado pero luego, sorpresivamente, me devolvió la sonrisa.

Dijiste que me vaya. [t.l]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora