¡Que día de mierda! Pero aquí poniéndole la más bonita de las sonrisas, a pesar de las adversidades es mejor buscar la mejor cara al momento, aunque a veces pierdas en el intento.
Si ya saben, hoy es un día de esos dónde amaneció, salió el sol, pensaste que todo iba de maravilla hasta que ¡Pum! Te chocas con lo inesperado, siempre sucede y bueno no es que uno esté preparado todo el tiempo para los imprevistos de la vida.
Creo que mi instinto de supervivencia siempre me grita al oído lo que pasará pero como soy bien cabezota la ignoro, siento que está ahí todo el tiempo diciéndome, ¡Ey! Aquí estoy, ¿Puedes oírme?
Si, si, si, ese sentido común que te dicta desde que te tropiezas, y te lastimas el dedo meñique con las patas de la silla o de la cama, o cuando sabes que ya pasaste una pelada terrible donde dices, ¡Tragame tierra!
Pues literalmente a veces necesito que me atrague la tierra y me escupa en algún lugar lejano donde pueda respirar paz. ¡Paz! ¡Paz! Una pequeña palabra que abarca tantas cosas