Más Mentiras que Verdades

230 26 57
                                    


La filosa hoja del bisturí siempre resbala con suavidad, abriendo la piel a su paso. Es obligatorio que todo el material quirúrgico se encuentre en condiciones óptimas ante cualquier eventualidad.

Para cualquier emergencia.

Para exámenes súbitos.

Para pruebas inmediatas.

Generalmente, la mayoría de las autopsias las realizaban médicos de menor rango; que para eso estaban allí: extraer tejidos, muestras y realizar análisis primarios. Deshacerse de los cuerpos.

Lisa solo se encargaba de aquellos que pedía expresamente, y entre el personal era bien sabido que se encargaba exclusivamente de intervenciones grandes a los sujetos de prueba y de algunos especímenes del Aula 72. Lugar al que solo ella y un par de médicos más, tenían acceso.

En esa ocasión, sobre la plancha, se encontraba el cuerpo inmóvil de una niña de aproximadamente unos 11 años de edad. Una pequeña rubia pecosa.

Antes de ingresar a aquel trabajo en la isla, todo personal en vías de contratación era condicionado a firmar un documento de alta confidencialidad que, de ser contrariado en cualquier punto, podría costar varias décadas de cárcel.

Por otro lado, de igual forma, la paga era inconcebiblemente buena. Suficiente para comprar la conciencia de quien firmara ese pacto con el diablo. Aun así, más de uno se cuestionaba, ¿cuál era el valor del peso de la conciencia?

"Tendría la edad de mi hija"

"¿De dónde sacaron a esta nena?"

"¿Serán creados también o son sujetos de prueba del exterior?"

"Una más...dios, una más..."

-Bien, ¡¿pueden quitar esas malditas caras?!- Expresó Lisa.-¡¿Les tengo que repetir esto cada que estoy en el quirófano?!-

-No, doctora...es solo que se parece a...- Dijeron algunos.

-¡Si, pero no es ella! ¡Nació en el Aula 72 y nació sin vida! ¡Así que dejen su sentimentalismo y a trabajar! -

Lisa sostenía el bisturí en la mano, lista para comenzar con las incisiones requeridas; sin embargo, le molestaba los evidentes ataques de conciencia de su personal.

Si, sabía lo difícil que era todo, pero todos ellos sabían a que iban y de que iba a tratar el trabajo. No iba a tolerar errores por distracciones morales.

Ya de por si era molesto saber que otro experimento le había fallado. La próxima utilizaría el compuesto del Sujeto de Prueba 3, con el del 5; aunque comenzaba ya a sentirse en un callejón sin salida.

Comenzó la incisión en aquel pequeño cuerpo. De pronto, su teléfono sonó.

"Doctora, necesitamos que acuda al Quirófano # 4 del Ala Derecha.

El Sujeto de Prueba 02, está presentando complicaciones."

Lisa hizo una mueca.

Se dirigió a los médicos que estaban con ella y les indicó que extrajeran muestras de todos los órganos diana, de órganos sexuales, de LER, de médula, del cerebro y de córnea. Luego, salió apresurada.

Su carrera por el pasillo era poco usual. Sabía que Liena era débil pero no tenía por qué manifestar ninguna enfermedad seria. Realmente no tenía idea que estaba sucediendo y eso le asustaba.

"Si le pasa algo, Lincoln dejará de creerme. Yo le dije que ella estaba bien."

Torció por un pasillo, casi corriendo.

La Isla de la Dra. Lisa LoudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora