Peor que él demonio. [vol. 1 completado]

Yhulisa (parte tres)

Al realizar la practica que pedía el profesor, había momentos donde volteaba hacia la ventana y Yhulisa hacía lo mismo "sentir esa mirada sobre mí me hacía sentir ¡muy bien! Esas miradas que teníamos ella y yo, hasta hoy en día no ha existido aún nadie que me hiciera sentir lo mismo que cuando esa chica, me observaba" al terminar mis deberes, pedí permiso para salir al baño "como ya me habían pasado asistencia y mi trabajo estaba hecho, no pensaba regresar a clase" tomando mis cosas, salí de la aula.

Quería besar a Yhulisa y no iba a estar satisfecho hasta hacerlo, al estar afuera comencé a hacerle señales por la ventana, Yhulisa me hizo una señal con los dedos (qué significaba, espera un poco) apenas pasaron unos segundos, cuando vi como esa niña salía por la puerta con la excusa de ir al baño "¡nunca fallaba ese pretexto!" salimos del edificio caminando y platicando, ella me preguntó si estaba enojado y yo conteste riendo -¿crees que estoy enojado?-

"La chica estaba nerviosa, podía notarlo" aun recuerdo exactamente lo que me dijo Yhulisa como si hubiese sido ayer -¡si quería besarte... pero te fuiste, hasta les dije a mis amigas que pensaba que te habías enojado por que te fuiste muy rápido!

Escucharla hablar, dirigirse de esa forma hacia mi, simplemente me hacía sonreír. Aquella noche había terminado de llover (todo estaba completamente mojado, había muchos estudiantes fuera de sus aulas y la noche era muy oscura "era ese tipo de oscuridad que me hacía sentir muy cómodo") ver a Yhulisa frente a mi, mientras me hablaba ¡era como si el tiempo se detuviera! Era como si nada importara solo ella y yo.

Observándola al hablar, veía todo de ella (sus ojos, su nariz, su pelo, sus labios, su barbilla, sus mejillas, sus labios y su cuerpo) todo de ella era perfecto en todo sentido "una diosa ante mis ojos" quería besarla, quería callarla a besos "de hecho parecía la mejor opción"

Coloqué mis manos sobre su cintura, acercándome lentamente hasta ella... Yhulisa cada ves habla mas y más despacio, hasta que por fin nuestros labios sé juntaron.

Al besarla abría en ocasiones mis ojos y veía como sonreía, era obvio que estamos felices "ese beso sin duda fue el mejor de todos, juro que hasta parecía como si en mi cabeza hubiera una celebración ¡es algo que no se puede describir! Admito que hasta hoy en día ese pequeño momento fue lo mejor de mi vida" al termino de ese beso, Yhulisa y yo nos mirábamos sonriendo ¡deseaba mas de ella! Abrazándola, volví a besarla "éramos un par de chorlitos enamorados"

Desafortunadamente ese momento termino y Yhulisa tenía que regresar a su clase ¡la acompañe lo mas cercas posible hasta su aula! Ella regresó a su clase pero no antes de volverla a besar, despidiéndome de ella.

Había sido un día maravilloso, estaba feliz, muy feliz de hecho, ya ni siquiera pensaba en Selin, en cambio en mi cabeza todo era Yhulisa, Yhulisa, Yhulisa.

Comencé a pasar mas tiempo con Yhulisa, estar con ella a solas era una maravilla, pero había muchos momentos donde estábamos con sus amigas "sinceramente ¡eran unas perras!" Muchas veces intente socializar con ellas pero, ellas no ayudaban.

Yamilet siempre me cuestionaba, parecía detective siempre haciéndome preguntas (preguntas cómo ¿alguna vez has sido infiel?, ¿con cuantas mujeres has estado?, ¿crees que la chica de allá es bonita?) "suponía que ella solo quería el bien para Yhulisa así que siempre le respondí de la mejor manera" pero... ¡Claudia! "Claudia era la peor sin duda" yo sabía que me odiaba y la verdad el sentimiento era mutuo, nunca llegamos a insultarnos o decirnos cosas malas pero nuestras actitudes chocaban "creo que hasta Yhulisa se dio cuenta del odio que sentíamos el uno del otro" algo que de verdad me hacia rabiar, era que en ocasiones Claudia le decía cosas al oído a Yhulisa, incluso me miraba mientras le susurraba, era como si la maldita hablara mal de mi.

Supongo que si Yhulisa no hubiera tenido amigas hubiese sido la chica perfecta, pero ella se dejaba aconsejar por esas gárgolas, ya que al primer error que cometía ellas estaban sobre de mi como si trataran de perros guardianes, cada vez que Yhulisa tropezaba o tenía un problema, sus amigas estaban ahí consolándola, siempre primero ¡ellas siempre tenían que ser primero! Luego yo.

Se notaba a kilómetros el afecto que Yhulisa sentía por mi, incluso teniendo a esas desgraciadas de sus amigas como consejeras... ella me quería, me buscaba, me entregaba cartas, me pedía afecto y me incluía en cosas personales "pasamos semanas actuando así, como si fuésemos novios, sin siquiera serlo" al principio a Yhulisa parecía no importarle pero ¡sus amigas! Me presionaban, me preguntaban cosas como ¿cuando te le vas a declarar?, ¿el día que le pidas ser novios, que regalo le entregarás? "así la mayoría del tiempo"

Un día me hicieron esas preguntas y al día siguiente Yhulisa ya me estaba exigiendo ser novios "¡pero que casualidad! No se imaginan el odio que sentía hacia sus dos amigas en ese momento, deseaba tanto que hubiesen nacido hombres para partirles la cara..."

Yhulisa a pesar de sus amistades, me gustaba y mucho, quería seguir con ella así que tenía que pasar al siguiente nivel "¡aunque no lo crean! Esta iba a ser mi primera vez como un novio de verdad" le pedí que fuera mi novia sin rodeos (sin flores, ni chocolates) solo preguntando -¿quieres ser mi novia?-

Yhulisa acepto, diciendo -¡si, si quiero!- "así de fácil fue"

Notaba cómo mi novia cada día se iba enamorando mas y mas de mi, mientras que yo cometía una equivocación "mi error fue pensar que seguiría todo igual, pero ocurría algo, algo que nunca logre comprender" cuando Yhulisa me decía (¡mi amor!, ¡cariño!, ¡mi vida!, ¡mi cielo!) yo quería decirle lo mismo pero no podía, quería decirle (¡mi amor, tú eres lo mejor que pudo pasar!) pero aunque lo sintiera... no podía decirlo y no lo entendía, me pregunta a mismo ¿por qué cuando no lo sentía lo podía decir con tanta facilidad? y ¿por qué ahora con Yhulisa que siento cientos de cosas, no puedo?

Quería estar frente a ella, mirándole esos hermosos ojos y decirle en voz baja (¡te quiero, eres hermosa, me encantas, te adoró, eres la niña con la que siempre soñé, no imagino un mundo sin tu amor!) pero cuando ella comenzaba a decirme cosas bonitas, de mi estúpida boca nunca salía una contestación... nunca hubo nada.