BokuAka

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Bokuto dejo salir un gran suspiro. Levantarse por las mañanas siempre ha sido su peor enemigo, odia tener que dejar su cómoda cama, para ir por las calles frías rumbo a la preparatoria.

¿Además, a él de que le va a servir la preparatoria si será un jugador de volleyball profesional?

Sin darse cuenta ya se encontraba a unos cuantos pasos de su salón, era aburrido para él esperar a que llegara el maestro, ya que en la fiesta de Konoha, además de perder su camisa, la dignidad y la virginidad, había perdido su celular, de eso había pasado una semana, una semana más que aburrida para el bicolor.

— ¡Bokuto! - El mencionado levanto la cabeza de su pupitre, encontrandose con Akinori.

—  ¿Qué ocurre?

—  Encontré tu celular, estaba en un bote de basura.

Konoha saco lo que queda de aquel aparato de la bolsa de su saco gris.

— ¿JUGUÉ TAZOS CON EL? - Grita al ver su celular con la pantalla estrellada. - ¿ESO VERDE QUÉ ES? ¿QUÉ MANDARINAS LE HICE?

— Bueno, técnicamente si jugaste tazos y Akaashi te volteo...

Para sorpresa de todos, Konoha fue el primero en saber que Bokuto veía con otros ojos al setter del equipo.
Y para hacer más grande la sorpresa, fue el mismo Bokuto quién se lo contó, no es que no confiara en Kuroo, pero en ocaciones su bro era todo menos considerado.

—  ¡No eres gracioso, Konoha, no lo eres! - Le arrebató su celular. - ¡Dios, mis padres me van a matar!

— Me sorprende que sigas vivo. - Se limpió una lágrima que bajaba por su mejilla, reír siempre lo hacía llorar. - Creí que el entrenador te asesinaría cuando le contaste que habías perdido el auto en una apuesta. - La risa de Akinori se escuchaba por todo el salón. - ¡Ganas te faltaron de seguir entrenando!

— Mi padre no me asesino porque Akaashi lo convenció de no hacerlo, además, ¿Kenma para que quiere un auto? - Hizo un pequeño puchero. - ¡Por su culpa me quieren sacar del equipo por un pequeño error!

— ¿Es un pequeño error apostar el auto de tu padre? - cuestiona divertido.

— Bueno, si fue un gran error, pero no era para tanto. - Se quejó de nuevo. - ¡Además es bueno para su salud!

— Llega tarde por tu culpa a los entrenamientos.

— ¡Akaashi dijo que ya no mencionaran eso!

— Hablando de Akaashi, sigo sin creer que sean pareja. - Su rostro reflejaba confusión total. - Él es tan lindo, calmado y tierno. - Una sonrisa burlona se hizo presente - Y tú eres un mocoso de cinco años encerrado en el cuerpo de un adolescente.

— A veces creo que me odian más de lo que dicen que me quieren.

—  Es amor apache.

—  Y es por eso que sigues soltero.

— Ojalá Akaashi se de cuenta que hay mejores personas para que sean su pareja.

Y Konoha se arrepintió de decir aquello, ahora no sabía cómo callar a su amigo.

Las clases habían terminado en un abrir y cerrar de ojos, el entrenamiento quedó suspendido por mantenimiento al gimnasio.

Bokuto estaba decepcionado, hoy quería demostrar lo talentoso y asombroso que es, pero no, hoy no puede demostrarlo por culpa del mantenimiento.

Al no tener nada que hacer, estaban esperando a Akaashi, ya que un profesor le pido de favor que entregará unos documentos en dirección.

— Bokuto, deja de hacer pucheros. - Lo regaño Konoha. - ¿Si sabes que eso no hará que el mantenimiento termine rápido?

— ¡Déjame hacer mis pucheros en paz! - El capitán de Fukurodani menciona indignado. - ¿Si sabes quién soy?

—  Un bebé llorón, eso eres. - Komi, Yamato y Washio hicieron acto de presencia en la discusión.

— ¡Ojalá vayan al baño y no encuentren papel! - Menciona enojado. - ¡Son muy malos conmigo!

— No te pares ahí, te vas a caer y ya que te caigas vas a estar llorando. - Konoha le advirtió al ver cómo se paraba en la banca donde se encontraba sentados.

— ¡Ni que yo fuera tan...

Komi se tapo la boca, Washio volteo a otro lado, Yamato veía el cielo y Konoha veía el suelo.

"Si no lo vemos, no va a llorar"

Se repetían una y otra vez.

—  Me caí. - Menciono con voz temblorosa.

—  ¿Bokuto-san si sabe que las bancas son para sentarse?

Akaashi ayudo a ponerse de pie al mayor, quién veía el suelo apenado.

— Akaashi...

— Vamos al parque, ahí podrás demostrar lo increíble que eres.

—  ¡AKAASHI!

Después de una hora de hacer colocaciones para Bokuto, Akaashi y él se encontraban en casa del menor, los padres de Akaashi la mayoría del tiempo no se encontraban en casa, ya sea por asuntos con algún familiar o problemas en la empresa, sea cual sea el motivo no era problema de Keiji.

Bokuto se ofreció a hacerle compañía,  por nada del mundo iba a dejar que su novio se quedará solo, puede que sea infantil y en ocasiones su inteligencia se esfume, pero eso no le importa a Akaashi, si Kōtarō quiere hacerle compañía, el no es nadie para negarse a estará más tiempo con él.

— Akaashi... - Menciona Bokuto meneando el arroz para que no se pegará.

— ¿Dígame, Bokuto-san?

Keiji por su parte estaba picando las verduras que llevaría el curry que estaban preparando.

— ¿Recuerdas lo que pasó exactamente el día de la fiesta?

— Bokuto-san baje la flama o el arroz podría quemarse.

—  Oh, claro.

—  Y respondiendo a su pregunta, sí, si recuerdo lo ocurrido, ¿Por qué?

—  ¡Me dirás que pasó! - Menciona sonriendo. - ¡Es que yo no recuerdo nada de nada, Agaashe!

—  Esta bien, le contaré ya que nuestra cena este lista, ¿Le parece?

Bokuto asintió feliz, por fin sabría qué hizo para que Akaashi aceptará ser su pareja.

—  Akaashi, en verdad no sé que hice, pero debió ser algo realmente bueno para que aceptarás por fin ser mi novio.

Akaashi no quería desilusionar a su pareja, pero la realidad es que la historia era de lo más graciosa y dejaba ver a un Bokuto salvaje y alocado, más de lo habitual.

—  Usted ya se había ganado mi corazón desde el primer momento en que entre a ese gimnasio y lo ví luciendo como una gran estrella en un cielo oscuro.

— ¡Akaashi no digas esas cosas que me pongo rojo!

Keiji sonrió, Bokuto era Bokuto y eso le gustaba mucho.

I Can't RememberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora