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Cuando Kyuhyun puso un pie fuera de su cuarto se sorprendió al ver a Siwon esperandolo con una media sonrisa en el rostro.

—¿No crees que es temprano para molestar?—    le reprocha el castaño

—Vine a cobrarme lo que pactamos, una semana—

—Oh cierto, preparare el desayuno en seguida—    Siwon detiene su andar agarrando su brazo  y lanzándose sobre él para dejarlo presionado contra la pared    —¿Qué mierda Siwon?—

—Lo que yo quiera por una semana Kyu y creeme que pensé en ser bueno contigo pero tu actitud de niño me pone de mal humor—   

—Jmm... Entonces qué harás? ¿Castigarme? ¿Te parece lo suficientemente placentero el simple hecho de imaginarme siendo TU chico malo?—

—No te metas conmigo porque una vez que comienzo no paro ¿entiendes eso?—

Kyuhyun solo ríe y se aleja de él para luego ir a la cocina, Siwon lo observa con deseo y por un instante piensa en hacer realidad aquello que Kyuhyun le dijo, no le vendría mal un pequeño castigo al lindo mocoso.

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—Quiero que me traigas una caja de condones—    le entrega el dinero a Kyuhyun y este lo mira con enojo

—¿Otra vez irá el ruidoso?—    guarda el dinero y agarra su bolso. Kangin y Zhoumi observaban la escena conteniendo las ganas de reír

—No, son para usarlos contigo—

Kyuhyun solo ríe

—Ya quisieras—     rueda los ojos y se aleja, Siwon lo observa hasta que se pierde de su vista

Kangin y Zhoumi se sientan frente a él y lo miran fijo, sabían que Siwon le tenía ganas a Kyuhyun pero parecia que al más pequeño no le interesaba en lo más mínimo

—Le envié un mensaje a Kyuhyun y solo me dejó en visto—     le dice Zhoumi y Siwon sonríe con burla

—No contesta mensajes—

—Oye—    Kangin aclara su garganta y su tono de voz era uno grave sin ni una pizca de gracia    —¿No crees que estas incomodando a Kyuhyun?—    ambos lo miran con sorpresa    —No me vean así, es solo que Kyuhyun no parece estar interesado—

—¿Lo quieres para ti?—    le pregunta Siwon poniéndose serio    

—No Siwon—

—¿Seguro?—    Zhoumi ríe un poco  y Kangin niega repetidas veces

—No quiero que hagas una idiotez por tu calentura Siwon, si bien tu hermano es un chico con una figura bastante deseable no creo que sea como alguno de los chicos que tienes—

—Kangin, me gustaría hacerle miles de cosas a Kyuhyun, pero soy consiente de lo que es un "no", solo estoy esperando a que él muerda el anzuelo—

—¿Crees que lo lograrás?—     pregunta Zhoumi

—Si, y no creo que falte mucho para ello—

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Mientras Kyuhyun estaba en su cuarto encerrado haciendo su tarea en paz escucha a Siwon gritando su nombre, deja su bolígrafo a un lado con fastidio y va a la sala

—¿Qué? Estoy estudiando—

—Quiero masajes Kyu—

—¿Me ves cara de masajista?—

—No pero lo prometiste y yo estoy siendo bueno contigo—     el menor rueda los ojos y se acerca quedando detrás de él, pone ambas manos en cada hombro y comienza darle suaves masajes.

—Siwon, lo de los condones...—

—No seas paranoico, solo juego contigo—

—Ok—    suelta un largo suspiro relajandose al saber que no era cierto lo que decía.
Kyuhyun sigue con suaves masajes circulares en sus hombros mientras Siwon mueve su cabeza de un lado a otro relajando sus músculos.

—Sabes...—    Kyuhyun se tensa un poco al oírlo hablar de repente    —Me gustaría que reconozcas que te gustan los chicos—

—No me gustan los chicos—

—He visto como miras a tu amigo, el pelinegro—

—¿Yesung?—    ríe con sarcasmo    —No lo miro de ninguna manera, tal vez a veces se me hace que es raro pero es buena persona—

—Te interesa—

—No de la forma que piensas yo...—

—Y ¿de qué manera estoy pensando?—    se gira y lo mira directo a los ojos, Kyuhyun frunce el ceño y rueda los ojos

—No me gusta—

—¿Seguro?—

—¿Terminaste?—

—No—    sonríe de lado    —Me duele la rodilla derecha—

—Puedes hacerte masajes ahí tu sólo—

—Una semana Kyuhyun—    el menor bufa molesto y se pone frente a él. Se arrodilla en el suelo y Siwon extiende su pierna, al tener un short Kyuhyun podía apreciar la bien trabajada pierna de Siwon, cada músculo y su piel suave eran una obra de arte.

Cuando Kyuhyun comienza con los masajes nota que sus músculos se tensan, al parecer en verdad le dolía la rodilla así que mejor decidió ser suave.
Siwon era molesto pero él no era tan cruel como para hacerlo sufrir del dolor.

—¿Te pasó algo en la rodilla?—

—Me golpeé —   responde con simpleza

—Tarado, debes tener cuidado—

—Si cariño—   Kyuhyun se tensa y el masaje suave se vuelve más brusco     —¡Ah Kyuhyun!—   lo regaña

—No me llames así—    Siwon agarra sus manos deteniendo el movimiento de estas  

—Yo te llamo como se me de la gana—    de un rápido movimiento lo tira al suelo y el menor cae de espaldas, Siwon se apresura y se coloca sobre él. Kyuhyun lo mira fijo sin expresión y Siwon le sonríe.

—Siwon—

—Sabes que te traigo ganas Kyu, no busques el peor lado de mi—

—Intenta hacerme algo y yo le diré a mi madre—     lo aparta y se pone de pie lo más rápido que puede     —¿Algo más? Tengo muchas actividades para hacer—     lo mira seriamente y Siwon se pone de pie

—No, eso es todo—

—Bien—    se va a su cuarto lo más rápido posible y cuando llega cierra la puerta con fuerza, odiaba que Siwon hiciera esas cosas pero le encantaba esa sensación que le provocaba su cercanía     —¿Qué me pasa?—     susurra.

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Mientras miraba a Donghae en su cama no puede evitar soltar un suspiro, de verdad le encantaba el chico frente a sus ojos pero sabía que era su segunda opción.
Se levanta con cuidado y se pone sus pantalones para ir a la cocina a buscar algo de beber, sale despacio sin hacer ruido y pasa por la sala, se detiene al ver a Kyuhyun en el sofá hacho una bolita, tal vez por el frío.

Vuelve a su cuarto y saca una manta para cubrirlo. Sabía que Kyuhyun era el hijo de la pareja de su padre, pero no podía evitar tener ese deseo o impulso de quererlo para él.
Pone la manta con delicadeza sobre Kyuhyun y lo mira fijamente. No quería lastimarlo, no quería que solo sea «uno más», desde el primer día en que lo conoció siempre lo vio como alguien lindo, tierno y amable, pero sus padres estaban juntos y eso le hacía pensar que tener esos deseos o pensamientos era algo prohibido.

Pero, ¿cómo podía negarse a pensar en él si cada día se veía más adorable?

No somos hermanos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora