Era de las sensaciones más incomodas que había vivido en su vida.
Tenía entre su catálogo de recuerdos momentos más malos que buenos, pero esta era uno memoria que se quedaría para siempre en su mente.
Sasuke nunca le había gustado pasar tiempo con muchas personas, era complicado y agotador. Trataba de alejarse lo más posible de todo contacto social. Mas en esta ocasión ya no tenia forma de librarse.
-Ya llegaron los pedidos, hagan espacio- hablo con fuerza Kiba levantándose un poco de la mesa.
-El que ocupa más espacio eres tú - respondió Ino con cierta molestia, debido a que en la mesa, Kiba se sentaba sumamente estirado, obligando a los demás a apegarse.
Sasuke reconsideraba cada una de sus decisiones de vida en ese preciso momento.
Cuando le pregunto a Naruto que querría que hiciera por él, nunca se imaginó que le pediría esto.
"Quiero que vayas a cenar conmigo y con los demás, dattebayo. Sera muy muy muy divertido."
La mente de Sasuke se apagó por un instante. Era una mala, pésima idea, para todos. Estaba más que seguro que los demás no querrían verlo y menos comer con él. Nunca fueron sus amigos, ni siquiera compañeros, y no tenía que hacer una encuesta para saber que todos lo odiaban.
Pensó que Naruto le pediría algo simple como ir a comer ramen, o que admita que él es mejor. En aquel momento de desesperación, toda opción era mil veces mejor que ir de cena con sus colegas.
Estuvo a punto de negarse, la poca razón que le quedaba le recordó que fue una mala decisión hacerle ese ofrecimiento al rubio, que estaría mucho mejor si todo quedara como ahora y que no necesitaba hacer algo bonito por Naruto pues, no era necesario. Sin embargo, todos esos pensamientos murieron cuando vio el rostro de su amigo iluminarse.
"Gracias teme, significa mucho para mi tener juntas a mis personas favoritas"
Sasuke no se arrepintió en ese momento, se olvidó de sus lamentos mientras Naruto lo abrazaba, esta vez más suave. Ya en el sillón, toda preocupación se fue cuando Naruto empezó a besarlo.
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En casi la mitad de la gran mesa que se hizo pequeña para todos, Sasuke se lamentaba en silencio.
Naruto le aseguro que todos estaban de acuerdo con que el asistiera, pero a penas entro, descubrió que obviamente no era así.
Pudo sentir desde que se sentó en la mesa las miradas clavadas sobre él, filosas, lo miraban desde arriba. Se sentó en silencio, casi asustado, pero sobre todo incómodo.
Todos los presentes trataron de disuadir a Naruto de sentarse a su lado, con palabras endulzadas y puras excusas. Era un secreto a voces, nadie quería que el rubio siguiera juntándose con el Uchiha.
-Naruto, ven, siéntate aquí un momento, tengo que mostrarte algo importante- la rubia palmeo el espacio vacío junto a ella.
Habían elegido una mesa junto a un sillón rojo que rodeaba la mitad del largo de esta, el resto estaba rodeado por sillas. El local estaba lleno, como era de esperarse un viernes por la tarde. El rumor de la gente opacaba el sonido de la radio prendida.
-Me lo muestras después dattebayo- Naruto no borraba su sonrisa desde que entro. Sentía que vivía en un cuento de hadas. Quería guardar cada momento de esa tarde.
Se sentó casi ignorando las palabras de Kiba diciéndole lo muy importante que era lo que Ino iba a mostrarle. Se sentó junto a Sasuke, y este le agradeció en silencio.