Mil otoños de una paternidad 🍼YanShen

Capitulo 1 🍼

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Si nunca tuvo un infarto, este era el primero.

Un nuevo día daba inicio sobre la capital de Chang'an. En las afueras de dicha ciudad, dos grandes maestros tenían su habitual enfrentamiento diurno.

Yan Wushi, el líder de la Secta Huanyue, utilizó su técnica dedos de agua de Manantial para repeler el corazón de espada completo de Shen Qiao, que a pesar de llevarlo a utilizar del 90% de su poder, el Maestro de Secta Yan aún se regodeaba en su soberbia bastante divertido. 

Ya varias veces había toqueteado al taoísta llevándolo al límite de su resistencia física, por lo cual esta vez dejó que fuera Shen Qiao quien lo atacara, agotando su qi. Verdaderamente podía presumir de lo asombroso que era su Ah-Qiao en combate, nadie más que Qi Fengge, consiguió llevarlo al 100% en el pasado, ¡cuán poderoso se había vuelto el discípulo honorífico!

Eso solo conseguía emocionarlo a grandes escalas.

 —¡Ah-Qiao realmente lo hace muy bien, este venerable Maestro está tan feliz que quiere contraatacar hasta dejar a Ah-Qiao exhausto!—exclamó Yan Wushi sonriendo alucinado.

Tras escucharlo, Shen Qiao frunció el ceño.

—¿El Maestro de Secta Yan pretende romper su palabra?—cuestionó deteniendo los movimientos marciales. 

—No dije que no te atacaría—alzó una ceja, risueño y levantando un dedo más, avanzó hacia el doncel.—Dije que dejaría que me atacaras primero, ¿no es este Maestro muy benévolo?

Shen Qiao reprimió el imperioso deseo de poner los ojos en blanco y envolvió todo su cuerpo con el qi interno que aún le quedaba, lo que significaba: un 40%. Por supuesto Yan Wushi no fue totalmente piadoso, su toque sacudió los árboles cercanos, quebrando las ramas y rasgando sus troncos mientras la onda chocaba de frente con Shen Qiao.

Sin embargo esa luz azul luminosa, como un océano siendo cubierto bajo el manto del más resplandeciente de los astros, rompió la voraz trayectoria de aquella onda, levantando el polvo de la tierra y las rocas alrededor del taoísta sin llegar a dañarlo más allá de algunos rasguños.

Cuando el líder de Secta Yan se dispuso a enviar otro toque, quedó paralizado al ver a Shen Qiao abrumado, el poder marcial que brotaba de él se había evaporado. El doncel se inclinó tan solo un poco, lo que bastó para que Yan Wushi llegara hasta donde estaba, preocupándose.

—Ah-Qiao, ¿estás bien?—el hombre de mechas blancas buscó poner la mano sobre el nombrado, pero este lo impidió, alejándose.—Sabes que retener la sangre es malo, deja que este venerable te ayude-

Shen Qiao vomitó sí, pero no era sangre.

Dejando salir un jadeo, Yan Wushi invadió el espacio personal de su amante, tomando su muñeca para leer el torrente de energía interna, extrañamente no encontrando anomalías de debilidad o rupturas.

El soberano demoníaco sujetó el mentón de Shen Qiao, forzándolo a mirarle, viendo aquellos preciosos luceros húmedos.—¿Fue demasiada presión para Shen-lang, esta vez? 

—Me temo decepcionar al Maestro Yan, pero esto no parece tener que ver con el combate—respondió, escurriéndose del agarre contrario.—Por alguna razón es… diferente.

Colocando las manos detrás de su espalda, Yan Wushi comenzó a caminar alrededor de su Ah-Qiao.

—¿En qué sentido es diferente? Este venerable quiere comprenderlo, así que, ¿por qué Ah-Qiao no lo ilumina?