Mil otoños de una paternidad 🍼YanShen

Capitulo 5 🍼

"A la luz de la luna llena, Shen Qiao alcanzó el espíritu de Espada."

—¡Almendras!—exclamó un vendedor de puesto callejero, muy cerca de donde caminaban, Shen Qiao junto a Yan Wushi y un agitado Yu Shengyan que cargaba canastos llenos de frutas y verduras.—¡Las almendras más deliciosas de la Capital! ¡No podrán conseguirlas a un mejor precio que el que les ofrezco hoy!

La mirada del Maestro de Secta Yan se dirigió a las almendras en específico.

—¿Mmm?—acercándose al vendedor, tomó una entre sus dedos, escrutándola.—¿En verdad son tan deliciosas como dices?

—¡Por supuesto! Ninguna almendra es suave y dulce como estas.

Alzando una ceja, Yan Wushi respondió sin despegar la vista del fruto seco.—Según tengo entendido, ese tipo de dulzura solo la tienen las almendras cultivadas en occidente.

—Son rumores solamente Maestro de Secta Yan, le aseguro que una vez que las pruebe-

—La piel de este fruto seco es gruesa—le interrumpió abrupto, ahora la filosa mirada del soberano demoníaco estaba sobre el hombre, quien retrocedió unos pasos.—Debes saber mejor que nadie que tipo de sabor tienen las almendras de gruesa piel—dijo, aunque tranquilo, aplastó el fruto en la mesa y sujetó con la mano derecha al vendedor del cuello.—No le venderías a este venerable unas almendras amargas, ¿verdad?

La gente comenzaba a amontonarse entre bullicios, esto llamó la atención de Shen Qiao y Yu Shengyan. Ambos dejaron lo que estaban viendo y corrieron hacia el Líder de Huanyue.

—¡N-Nunca engañaría al Maestro de Secta Yan, por favor!—suplicó desesperado entre jadeos.

—¡Yan Wushi!

Yan Wushi dirigió todo su interés al taoísta.—Ah-Qiao, en tu estado no deberías correr.

—No lo haría si no provocaras un alboroto cada 3 puestos—siseó el doncel con el ceño fruncido.

—Este venerable solo quiere asegurarse de que Ah-Qiao este bien alimentado. El milagrito es muy exigente y aunque eso me llene de orgullo, no me agrada la idea de que te quite tus nutrientes—dijo sin filtro alguno, el rostro de Shen Qiao palideció. ¿En verdad dijo lo que dijo frente a toda la multitud?

¡Se había esforzado tanto por disimular su vientre!

Abochornadas, las personas fingieron demencia una vez que Yan Wushi les miró por encima del hombro.

—Nadie aquí hablará de más.

—Eso ya no importa, suelta al vendedor—le exigió el siguiente Líder de Xuandu, buscando serenarse o la revuelta empeoraría.

Una pequeña sonrisa apareció en la boca del soberano demoníaco.—Bien, después de que Shengyan pruebe las almendras.

—¿Por qué este discípulo, Shizun?—preguntó un anonadado Yu Shengyan, Yan Wushi puso los ojos en blanco.

—Porque así comprobaremos si son dulces como dice este charlatán—volviendo a enfilar sus ojos en el hombre, pronunció.—Si lo son te compraré absolutamente todos los sacos de almendras, pero si son amargas—le sonrió malicioso, estremeciendo de puro terror al pobre vendedor.—Haré que te arrepientas de haber elegido el oficio de vender frutos secos.

Yu Shengyan se apresuró a tomar una almendra, metiéndola en su boca bajo la atenta mirada de todos. Para la sorpresa del joven discípulo de Huanyue, esta era bastante dulce, pero sin llegar a empalagarle y lo suficientemente suave como para no dañarle los dientes.