🦋!! ' Capítulo O7

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—Déjame ver si entiendo —la mano del chico se movió de lado a lado, incitando a Jimin quedarse callado—. Te gusta Yoongi pero apenas te das cuenta porque ya viste que Jungkook lo está usando para darme celos y que al final él lo va a botar porque piensa que voy a regresar con él, ¿cierto? —de lado a lado sus manos se movían con sincronización, dando énfasis a sus palabras.

Ambos se habían llevado considerablemente bien, suponiendo que Jimin no hablaba con casi nadie. Casi, porque el único que hablaba con él era Yoongi.

Taehyung no había podido lograr entender la situación que se había generado con aquel cuadro amoroso raro.

—Ajá —contestó apenas con un monosílabo mientras paseaba sus ojos en el libro que había escogido.

La biblioteca le traía recuerdos gratos y lindos, como aquella vez que solamente quería que Yoongi cerrara la boca de una vez por todas. Quién lo diría, una persona le lograba hacer sentirse tan frustrado y feliz. Eran cosas que, si se ponía a analizarlas, eran un tanto estúpidas y contradictorias.

¿O acaso el estúpido era él por no aclarar desde un inicio lo que sentía?

—Mmh —asintió Taehyung—, es raro —admitió. Jimin le observó con una ceja alzada e hizo un mohín—, ya sabes. Creo que le gustas a Yoongi.

Una sonora carcajada por parte de Park se logró escuchar por la sala silenciosa, donde el único ruido que se escuchaba era el del ventilador. La encargada retó con la mirada al castaño, el cual calló de inmediato mientras que una sonrisa burlona se escapaba por la comisura de sus labios rosados.

Le resultaba imposible de creer que a el pelinegro le gustara. ¿Acaso Taehyung estaba en una realidad alterna? Según Park, las posibilidades del uno al mil para gustarle a Yoongi eran de uno con noventa y nueve centésimas. 

O sea, nada.

—¿Gustarle? —preguntó Jimin a su lado—. No, creo que su tipo de chico es más estúpido.

—¡Hey! Recuerda que hablas del chico que me gusta —admitió sin pensar el chico y Jimin abrió los ojos de más.

Una idea fugaz se cruzó por su mente y sonrió triunfante. Lamentablemente, no era posible que el buen Taehyung se pusiera a cooperar con él.

Una duda se puso delante de él como si de una pancarta se tratara. ¿Por qué Taehyung no regresaba aún con Jungkook?

—¿Por qué cortaron?

La pregunta había salido más seca y obligatoria de lo que en su mente había sonado. Tomó por sorpresa a Kim, quien ahora se encontraba notoriamente sentimental. Ese aire que a veces hacía que Jimin se hartara de alguien o algo; pero tenía que aguantarse, de todas maneras él había preguntado.

—Ah —suspiró—, no sé, él a veces me dejaba de lado —confesó. Jimin paró de hacer lo que estaba haciendo y prestó atención—. No tanto como a Yoongi pero una vez me dejó plantado. Es idiota.

Jimin estaba de acuerdo en su último punto, pero sabía que de alguna manera Jeon le quería. ¿Qué tanto ha de querer a alguien como para usar a alguien más? Jungkook, a pesar de ser un completo idiota y estúpido, jugador que amaba los juguetes lindos y guapos, tenía un pequeño corazón.

Y en ese corazón, el único que estaba era Taehyung.

Pero seguía siendo idiota.

Alguien delante de ellos carraspeó lentamente, haciendo que ambos chicos captaran su atención. Un Yoongi con la mirada baja y ambas manos sujetas entre ellas, meciéndose de adelante hacia atrás, se encontraba frente a ellos. Jimin observó cómo jugaba con su labio, nervioso.

Algo en su estómago se removió al ver al chico frente a él y por inercia golpeó su estómago, incitando a que esos animalitos dejaran de molestarle por un buen rato.

—P-Park, ¿podemos hablar un segundo? —la inseguridad abarcó su voz.

Jimin observó a Yoongi y con un suspiro, se levantó de la mesa y le dedicó una mirada cómplice a Taehyung.

—Hablemos luego, Kim.

Yoongi sólo podía sentirse cada vez un poco más celoso de lo rápido que Jimin se había llevado con Taehyung. Caminaron unos metros pero aún así seguía en la luna y sus cuestiones. ¿Por qué estaban en la biblioteca? ¿Acaso Jimin conocía a gente nueva ahí? ¿A Taehyung le gustaba Jimin? ¿O al revés?

Tales preguntas le comían la cabeza, demonios. Si antes estaba confundido ahora aún más.

No se dio cuenta de lo que estaba pasando, hasta que vio cómo la mano de Jimin se movía de arriba hacia abajo frente su cara.

—¿Estás bien, Min?

Dejando de mecerse hacia adelante, se dignó a observar al chico de cabello castaño quien tenía el entrecejo fruncido, con un brillo de preocupación en los ojos.

—Podría estar mejor —respondió sincero mientras sonreía triste.

En pocos minutos el silencio reinó el lugar en el que estaban. El olor a libros inundó el olfato de ambos y fue gratificante. Jimin tenía ganas de hablar y escuchar, pero no veía iniciativa por parte del pelinegro, que se había encontrado viendo al suelo fijamente. Quizás estaba un tanto avergonzado.

—¿Podrías estar mejor? —volvió a decir Jimin—. ¿Y cómo?

La parte difícil del plan que Yoongi se había creado en su mente mientras se acercaba a donde estaban ambos chicos, comenzaba a dar sus primeras señales a aparecer. No había pensado bien todo lo que tenía que decir, los instintos y celos, le hicieron actuar desmesuradamente.

¿Qué le diría? Si ni siquiera él tenía en claro qué era ese sentimiento en su estómago.

—Jimin —llamó—, sobre lo que pasó el otro día...

—No —interrumpió abruptamente el castaño, no le gustaba hablar de eso—, tranquilo, todo está bien. Por lo visto, te gusta la mala vida. Sigue con Jungkook.

Yoongi quería explicarle pero para su mala suerte, el temperamento de ambos no ayudaba mucho. Entre su inseguridad combinada con enojo y la manera de hablar de Jimin desmesuradamente, lograban causarle un colapso mental en cuestión de segundos.

—Jimin no entiendes —negó Min en un susurro—, yo...

Quizás comenzaban a olvidar el lugar en el que estaban.

—¿Qué no entiendo?

Jimin a veces simplemente necesitaba de esos focos que ponían en la televisión. Esos que simulaban dar ideas en algún momento de crisis. Sí, necesitaba uno con urgencia.

—¡No entiendes qué es lo que siento! —bramó en voz alta, importándole poco dónde estaban.

Para su suerte, la bibliotecaria no estaba cerca de su ubicación.

Quizás Jimin comenzaba a sentirse algo mal por Min. Sabía con todo su corazón que él no merecía ese trato tan horrible.

—Lo lamento —dijo Jimin, acomodó su mochila en el hombro y cruzó los dedos en la correa—, pero no puedo ayudarte si no sé qué tienes. ¿Para qué querías hablar conmigo?

—Sólo... —suspiró—, lo lamento, Jimin, lamento no poder contarte.

Yoongi salió sin importarle que Jimin fuera a seguir hablando. Un colapso parecido al de abrir muchas páginas en internet se formuló en su mente. ¿Qué estaba pasando? ¿Yoongi estaba bien?

Lamentaba no poder saberlo.


boyfriend ও jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora