BITTERSWEET | Kacchaco Fanfic

III

–No... –¡Se estaba alejando! La castaña tenía que pensar rápido. –¡Bakugou-kun! – exclamó. El rubio la escuchó y la ignoró.

Ella logró acercarse, así que tenía que ser inteligente si quería caminar con él.

–E-Espera...– dijo al sujetar el borde de su mochila, deteniéndolo y haciéndole voltear.

–¿¡Qué carajo, Uraraka!? – exclamó al voltearse y encararla.

La mencionada tragó seco, tratando de pensar en algo que lo convenciera de permitirle caminar junto a él. Su orgullo había desaparecido repentinamente, la situación de hace unos minutos la tenía nerviosa y se negaba a caminar sola.

Dispuesta a cualquier cosa le miró a los ojos y habló:

–¡S-Sabes ...! Esos chicos querían sacar algo de mi mochila a cambio de dinero pero... Yo no tengo nada de valor que puedan quitarme. ¿No te parece extraño? No es que tenga miedo, pero...– agregó de repente, notando como el chico le puso atención y bajó un poco la guardia.

Incluso ella se sorprendió un poco, porque no había pensado con claridad las cosas y consideró la situación a penas salió de su boca. Ahora sintió más inseguridad que antes.

Volviendo en sí el rubio cenizo sólo apartó la mano de su contraria de su mochila y siguió caminando, esta vez, sin negarse a su compañía. Ochaco vio luz verde y se posicionó justo a su lado, continuando con su explicación.

–Y-Yo... Es raro, no lo había pensado con fuerza hasta que lo dije ahora mismo. – al decir esto mostró los nervios que le daba la situación. El muchacho lo notó y también le entró un sentimiento raro de inseguridad. Incluso suavizó su ceño fruncido y su expresión cambió a una de tensión. –¿No te parece raro? Quiero decir, el que dijeran que les ofrecieron dinero para hacer lo que fuesen a hacer con mi mochila me hace sospechar...–

El rubio le escuchó atentamente y en su mente conectó cabos lo mejor que pudo, recordando aquel objeto pequeño que vio en las manos del inepto.

–No seas imbécil, evidentemente querían poner algo dentro en lugar de sacarle. –

Apenas dijo eso, la castaña abrió sus ojos en sorpresa y temor.

–¿T-Tú crees...?– cuestionó angustiada.

–Yo que sé, sólo los espanté, no vi nada más. –

–u-uhmmm...–

A pesar de que habían peatones transitando a la distancia o incluso cerca, ambos menores se tensaron. Las ideas conspirativas les dejó pensando más de la cuenta.

...Mientras tanto, ya ambos llevaban unos buenos minutos caminando juntos y aún no estaban ni cerca de su destino.

–Bakugou-kun, ¿Cómo supiste que ellos iban a intentar asaltarme? – cuestionó la menor, dirigiendo su atención a otro aspecto del mismo asunto. Quizás eso ayudaría a que el ambiente se calme un poco.

–Los escuché mientras caminaba. Son tan estúpidos que hablaban de su plan en voz media. – respondió un tanto indiferente.

–Ya veo... –dijo la joven, pensando con más calma. –Bueno, si ellos estaban haciendo eso sin cuidado alguno es señal de que no es algo realmente riesgoso o grave. Quiero decir, ¿Por qué nos angustiamos? Quizás solo era un intento de robo o incluso alguna apuesta...– razonó al sonreír.

–Lo que sea que fuere, lo hicieron mal y quedaron en ridículo, dan pena. – concluyó, divirtiendo a la castaña y aliviando considerablemente el ambiente.