- ̗̀↷ ❬❁❭─ ❝Nada revive el pasado tan completamente como un olor que una vez se asocia con él.❞
Mingi ama a Yunho y su delicioso olor a vainilla.
Yunho ama a Mingi y su delicioso olor a manteca de maní.
Pero la vida se la pasa alejándolos como si fu...
Todos tienen un olor característico, puede ser el mismo que el de alguien más, pero siempre tendrá una pequeña variación que te hará único, diferente y poseedor de tu propia esencia.
Mingi amaba con locura el olor a vainilla de su mejor amigo, Yunho, al cual conocía desde preescolar. Yunho también amaba a morir el olor a mantequilla de maní que emanaba Mingi.
Amaban abrazarse e impregnarse el olor del otro en sus memorias, pues sus aromas eran de los recuerdos que más atesoraban y de los pocos que se quedaban con ellos cuando tenían que separarse.
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6 años.
─¿De verdad tienes que irte? ¿no puedes quedarte? ─Un Mingi de 6 años hacía un enorme puchero al tener que despedirse de su mejor amigo, el cual se iría de vacaciones con sus padres a la Isla Jeju alrededor de 3 semanas.
─Volveré Gigi, y podremos jugar todo lo que quieras cuando regrese ─Sonrió feliz mientras daba pequeños brincos al lado de su amigo.
─¿Y con quién jugaré mientras? ─Alargó su puchero.
─Ah cierto, espera aquí, no te muevas ─Corrió hasta donde su mamá se encontraba hablando con la madre de Mingi, pues ambas se habían hecho amigas cercanas desde que sus dos pequeños se conocieron.
Mingi observó como Yunho le pedía algo a su mamá y volvía con su peluche favorito en brazos.
─Ten, te acompañará mientras no estoy, puedes jugar con él ─Le ofreció el peluche mientras le sonreía más, mostrando sus hermosos dientes de leche.
─¿Me lo dejarás? ¿no lo llevarás contigo? ─Le habló sorprendido, dudando de tomar el juguete, pues a donde Yunho tuviera oportunidad, siempre llevaba consigo aquel oso de peluche al que llamaba Pinky en honor al apodo de su amigo.
─No, se quedará contigo aquí a hacerte compañía, no podía irme y dejarte sin nadie, ya le encargué que te cuide. Además, te acordarás de mí cuando lo veas.
"Yuyu, despídete de Gigi, debemos irnos" Escuchó a su madre avisarle de su pronta partida.
─Te voy a extrañar mucho, Mingi Pinky ─Abrazó a su amigo.
─Y yo a ti, Cachorrito ─Correspondió y lo vio irse mientras movía sus manos en señal de despedida, subiendo al vehículo donde se iría.
Ambas madres sonrieron con ternura ante el acto, sus dos hijos tenían una hermosa amistad, que con el tiempo crecía en abundancia.
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