Me Gustas « Bryan Skabeche »

〘 Capítulo 4 〙

Estaba nervioso, eddy me dijo que haría video llamada con alguien para que no lo molestara y sé a quien se refiere.

Lo peor es que le dije que podía hacerla en la sala, no sé por qué le dije eso.

Supongo que fue porque quería escuchar un poco la conversación, me mataba por dentro el escuchar su voz.

Aunque no me haya dicho de quien se trataba yo sabía muy bien, era con la única persona que había estado mensajeando y enviando notas de voz.

Era imposible no escuchar de lo que hablaban ya que nuestras habitaciones están al lado del otro.

En fin, eddy ya estaba listo, tenía todo muy bien organizado, hasta se había dado la tarea de acomodar lo que se viera desorganizado.

Claro, hasta donde enfocará la cámara, yo me encontraba en la cocina observando cada movimiento que hiciera.

—Ya hablaré —. Dice y por arte de magia su laptop comienza a vibrar avisando que era una video llamada.

Intento ver a la otra persona pero no alcanzaba a ver, tenía el brillo muy bajo.

—Bryan, ¿podrías ir a tu habitación?, me siento algo incómodo —. Me dice silenciando el micrófono.

—Pero no haré nada de ruido, es más ni te voy a ver —. Eddy me mira no muy convencido y termino aceptando — bien, pero te recuerdo que también es mi casa.

—Si lo que digas —. Se espera hasta que suba y es cuando por fin escucho como le habla a la otra persona.

Me tranquilice una vez que escuché la voz de la otra persona y es ahí cuando mis ilusiones se fueron a la borda.

No era ella, sino un chico.

Cerré mi habitación con seguro dejándome caer en la cama, me sentía demasiado decilusionado, no sé porqué llegué a pensar que se trataría de ella.

Así me quedo por un largo tiempo acostado sobre mi cama hasta después de un rato escucho a eddy como toca la puerta.

—Ya puedes bajar —. Me dice pero no contesto — y perdón por haberte subido, es que enserio me interesaba que todo se viera perfecto.

—Está bien, lo entiendo —. Le digo —pensé que hablarías con ella.

Digo en un medio susurro pero al parecer el me escuchó.

—¿Porqué pensaste que hablaría con ella? —. Pregunta abriendo la puerta de golpe.

—¿Cómo abriste? —. Me enseña las llaves — debo de esconderlas.

—No te hagas y contesta —. Suelto un suspiro y me encojo de hombros.

—No lo sé, como te la habías pasado hablando con ella pensé que por fin se dignarian a hacer video llamada o a verse en persona —. Eddy se acerca a mi y se sienta a mi lado, yo aún seguía acostado.

—Me encantaría verla en persona, pero su trabajo lo evita —. Dice soltando un suspiro — tan solo espero el día que me diga que podemos vernos.

—¿Porqué no puede?

—Trabaja en una empresa coreana, es coreografa, editora, compositora, escritora, diseñadora y más, por eso su agenda es muy apretada y más ahora que está aquí —. Abro los ojos como plato, si que hacia muchas cosas.

—¿Y porqué mejor no se quedó allá?

—Tenía ganas de ver a su familia y de descansar un tiempo del país y porque también quería ver a alguien —. Alzo una ceja.

—¿A quién? —. Se encoge de hombros.

—No me dijo, a lo mejor a su novio —. Hago una mueca y ríe — ¿esa mueca qué?

—¿Qué tiene?

—¿Porqué la haces?, ¿acaso te pusiste celoso? —. Me siento de golpe y niego.

—Por supuesto que no, fue como un "hmm" —. Ni yo me había percatado de la acción que hice.

—Como digas Raúl —. Se levanta — iré a jugar un rato, quiero desestresarme.

Sin más se va al cuarto de juegos.

Mi mueca fue una expresión equis, ¿no?

[...]

—¿Ya me dirás a dónde me llevas? —. Niega — samantha llevamos horas caminando.

Le digo a mi amiga con fastidio, me había traído al centro comercial a quien sabe que, solo me dijo que me esperaba aquí.

Y aquí estoy cayendo siempre en la trampa.

—Es que no encuentro lo que te quiero enseñar —. Me dice y frunso el ceño.

¿A qué se refería?

—¡Ya la vi! —. Grita y me estira para poder correr.

—¿A quién viste? —. Nos detenemos y me mira sonriendo.

—Bien, tu me dijiste que tu amiga de la infancia se había ido, ¿no? —. Asiento — y aunque me dijeras que no la extrañaba ambos sabemos que mientes, así que decidí darme la tarea de contactarme con ella y me dijo que estaría aquí, es por eso que te traje y aquí la tienes.

Me señala a alguien y miro hacia a donde apuntaba.

Estábamos al frente de una tienda de chicas, miro a las personas al rededor pero no encontraba a la indicada.

—¿Me estás bromeando? —. Niega — no veo a nadie sam.

—Es la de negro —. Me dice y vuelvo a mirar.

Había una chica de blusa negra y otra de gorro negro al igual que su blusa.

—¿La que tiene gorro o no?

—La que si tiene —. Me dice.

Estaba de espaldas por lo que no podía verle su rostro.

Se miraba delgada, con un muy buen físico, se notaba que hacía ejercicio, traía un estilo de ropa coreana.

Estaba sola viendo varias blusas hasta que se movió un poco y sentí como mi estómago crujía de los nervios.

Podía verle un poco su rostro, pero muy poco, sólo sus labios.

—¿Ya pudiste verla? —. Niego — hay que acercarnos.

Iba a llevarme hasta donde estaba ella pero la detengo.

—No samantha, ni se te ocurra —. Samantha me suelta y va con ella.

Abro los ojos de sorpresa y veo como se acerca a saludarla como si nada, ella la saluda de igual manera, parecía que ya se conocían.

Samantha le apunta hacia a mí y yo rápidamente me doy media vuelta y me alejo de con ellas.

Sin querer ya me encontraba corriendo hacia la salida de los nervios.

No podía verla, aún no estaba listo.

Fui hacia mi auto y arranque como pude lo más rápido para llegar.

En unos cinco minutos ya me encontraba en mi casa y con la respiración agitada.

Soy un cobarde pero no puedo verla, no ahora...